El exjugador rojillo ha concedido una entrevista a Offsider 50 en la que cuenta varias anécdotas de su etapa en el conjunto rojillo.
Uno de los jugadores que marcó una época en el Numancia fue Julio Álvarez. El talentoso futbolista aterrizó en el Numancia en el verano de 2006, procedente del Real Murcia, para convertirse en un referente. Ahora, tras varios años retirado, cuenta varias anécdotas que vivió en Soria en una entrevista concedida al podcast, Offsider 50.
Después de criarse en la cantera del Deportivo de la Coruña y del Real Madrid, el mediapunta recaló en varios equipos como el Racing de Santander o el Real Murcia. No obstante, y a pesar de la calidad que tenía en sus botas, este no llegaba a encontrar su sitio. Entonces, apareció el Numancia: “Cuando me dijo mi padre que habían llamado de Soria, lo primero que le dije es que no. Por aquel entonces, el Málaga también se interesó por mí y pensaba que está era la mía”.
Sin embargo, su progenitor le hizo reflexionar, recalcándole que había que “ser humilde, ya que en esa época iba con el ego por las nubes”. De esa forma, incidiéndole en que “debía de hacerme a mí mismo una demostración de que quería seguir jugando al fútbol”, su padre le hizo cambiar de opinión y firmar por la entidad de Los Pajaritos.
Asimismo, Andoni Goikoetxea, el técnico rojillo, también tuvo algo que ver, dado que fue el que le hizo debutar en Primera con el Racing: “Me llamó y le comenté que como agradecimiento por lo que hizo conmigo, me iba con él a Segunda”. Así, empezó una temporada en “la que me reencuentro como futbolista y en la que completamos muy buenos partidos”. En aquella época, Álvarez coincidió en el vestuario con jugadores “espectaculares” como Nagore, Del Pino, Palacios o Bolo.
Tras esa buena primera experiencia, llegó un entrenador que cambió su vida. Arconada aterrizó en Los Pajaritos para apostar por el juego con balón, situación que entusiasmaba a este futbolista. Con él, los numantinos realizaron un curso espectacular, ganando la liga y ascendiendo a Primera División.
Sin embargo, todo pudo cambiar en el mercado de invierno. Unai Emery, entrenador del Almería, conjunto que estaba aquella campaña en Primera División, telefoneó a Julio Álvarez para ficharle por 1 millón de euros, ofreciéndole un contrato de seis temporadas: “Me entró morriña y no quería dejar al Numancia tirado. Quería ascender con ellos y quedarme libre en verano para elegir mi futuro”. Dicho y hecho, el mediapunta consiguió ambas cosas, firmando ese verano por el combinado andaluz.
Después de varias temporadas lejos de Soria, el Numancia volvió a llamar al jugador para que se enrolase en su proyecto de Segunda y para que este recuperara su mejor versión tras haber bajado con el Tenerife de Primera a Segunda B. Una vez dada su palabra al director general, Eduardo Rubio, de que volvía, Paco Herrera, técnico del Celta, contactó con él para que se alistase en un proyecto que solo pensaba en regresar a la máxima categoría del fútbol nacional.
Entonces, los colores rojillos volvieron a pesar en su decisión y este regresó a Los Pajaritos: “Me reencontré como jugadores, realizando temporadas maravillosas y llevando a cabo una vida familiar espectacular”.
Durante esos cursos, siempre tuvo en mente regresar a Primera Divisón. Aunque no lo consiguió, Julio Álvarez se hizo un referente en Soria, siendo un jugador diferencial y recogiendo dos años el premio al mejor jugador de la categoría por sus estadísticas. Con todo esto, el futbolista se ganó el cariño de todos los aficionados al club rojillo.