Artículo de opinión de Vanessa García, procuradora de Soria ¡YA! en las Cortes de Castilla y León.
El pasado 13 de marzo, el presidente de la Junta de Castilla y León, el señor Fernández Mañueco, anunció en el pleno de las Cortes la compra del acelerador lineal y las obras de la unidad satélite de radioterapia del Hospital Universitario Santa Bárbara. Algo largamente reivindicado y esperado. Al día siguiente publicaba en su cuenta de X: “En @jcyl protegemos a las personas de nuestra tierra [...] 1.-Cumpliendo nuestro compromiso, ponemos en marcha la radioterapia del Hospital de Soria, con una inversión de 8,4M€, evitando desplazamientos a los pacientes y prestándoles una atención de calidad”. Una medalla que se auto otorga y que lleva grabadas tres palabras que para Fernández Mañueco no significan nada: proteger, cumplir y compromiso.
¿Se puede hablar de cumplir un compromiso cuando esta unidad va a llegar 18 años tarde? Recordemos. En febrero de 2007, Juan Vicente Herrera, expresidente de la Junta y de los Populares de Castilla y León, prometió en Soria “implantar aceleradores lineales para el tratamiento de radioterapia de enfermedades cancerosas en todas las provincias de Castilla y León”. El señor Herrera mintió y el PP de Soria calló para siempre. Es un hecho. Por mentir y carecer de palabra, los sorianos han castigado en las urnas a Fernández Mañueco y al Partido Popular en las dos elecciones en las que ha sido candidato a presidir la Junta, perdiendo en ambas convocatorias en la provincia de Soria.
En la última visita de Mañueco y del consejero de Sanidad al Santa Bárbara, se aseguró que la unidad realizará alrededor de 4.000 sesiones anuales y atenderá a unos 200 pacientes. Si hacemos caso a estos datos y los tomamos como referencia, desde febrero de 2007 esta falta de palabra, este retraso que supera los tres lustros, ha supuesto que más de 3.400 pacientes oncológicos se hayan tenido que trasladar desde la provincia de Soria a Burgos para realizar unos 68.000 tratamientos de radioterapia. Incalculables los miles de kilómetros que, en duras condiciones por carreteras en pésimo estado, han tenido que recorrer los enfermos sorianos de cáncer para recibir, muy lejos de casa, un tratamiento que les curase. Desde luego que no han protegido a las personas. Y luego nos hablan de igualdad entre ciudadanos.