Está ofrecido por FOES y muestra que activar el ‘código ictus’ a tiempo es fundamental para prevenir lesiones mayores. Esta enfermedad es “la primera causa de muerte en las mujeres”.
Detectar un ictus, tanto en la vida cotidiana como en el ambiente laboral, es una cuestión vital. Este accidente cerebrovascular ocurre cuando se interrumpe o se reduce el flujo de sangre a una parte del cerebro, privando al tejido cerebral de oxígeno y nutrientes esenciales.
Según los datos aportados por Julio Agredano, de la fundación ‘Freno al Ictus’, esta enfermedad es “la primera causa de muerte en las mujeres. Además, hay 120.000 afectados al año en España, lo que supone, para que nos hagamos una idea, tres veces la población de la provincia de Soria. Así mismo, es probable que una de cada cuatro personas tendrá un ictus en su vida. Estamos hablando de una enorme prevalencia en la enfermedad. Si a esto le sumamos que el 90% de los ictus son previsibles, debido a factores modificables, hay que hacer que nuestras empresas sean saludables o consigamos cambiar la base de salud que tiene la gente”.
Es por ello que, con el objetivo de que se realice una detección a tiempo, FOES van a impartir unos cursos totalmente gratuitos a las empresas para que los trabajadores puedan reaccionar en caso de que alguien lo sufra. “El ambiente laboral es uno de los sitios principales para hablar de esta enfermedad. Tiene mucha capacidad porque en las empresas hay muchos empleados y estos trabajadores hablan con otras personas, lo que hace que la difusión sea mucho mayor”, añade.
Además, y, en contra de la creencia general que se tiene, esta es una enfermedad “que no es exclusiva de la gente mayor, pues lo cierto es que el 35% de los ictus los sufren personas en edad laboral”, pues, matiza que, la gente mayor, actualmente, serían personas de más de 70 años, debido a que la esperanza de vida ha aumentado.
Esta enfermedad tiene un gran problema, que es la importancia del tiempo. “Es tiempo-dependiente, pues hay una ventana de tiempo muy corta desde que se detectan los síntomas hasta que en el hospital son capaces de ayudarte”, asegura. Es por ello que, “si no se identifican los síntomas a tiempo, las expectativas de que esa persona supere la enfermedad y tenga secuelas varía drásticamente”.
Algo que ratifica la importancia de formar a los trabajadores de una empresa pues “están en contacto con otros empleados, con el cliente final, o incluso les puede ser útil para entorno personal. Que sean ellos los primeros en detectarlo y activar el ‘código ictus’”.
La formación que se le da a las empresas es “100% online, con muy poca duración de tiempo. Tiene como función enseñar a la gente cuáles son los síntomas principales, que suelen ser que se te cae un poco la cara, no levantas correctamente los brazos, hablas un poco raro. A partir de ahí hay que realizar unas preguntas de control como «levanta los brazos», «sonríe» para ver si tiene simetría facial o «responde una pregunta sencilla». Si en cualquiera de estas cuestiones hay un signo de alarma, lo siguiente es la activación de protocolos. A partir de ahí se pone el mecanismo en funcionamiento y es la propia ambulancia la que lleva al afectado al hospital”. En general un protocolo que prepara al trabajador para que si ocurre algo en su entorno, sepa lo que hay y pueda actuar.
Anteriormente se ha señalado que esta enfermedad “es la primera causa de muerte en mujeres”, pero además, “su mortalidad es cinco veces mayor que el cáncer de mama”.
Según apunta, Agredano, esta situación se debe principalmente a dos factores. Por un lado se encuentra que las mujeres tienen mayor esperanza de vida, lo cual hace que “haya más mujeres que superen los 85 años de edad, lo que provoca que las cifras sean mayores”.
Pero, por otro lado, y la que más llama le llama la atención es el segundo factor que se plantea. Y, es que, un estudio realizado en Estados Unidos, demuestra que las mujeres reciben atención urgente más tarde que los hombres. Para concluir este dato se miró qué es lo que se hace que se tarde más. No encontraron ninguna prueba médica diferencial una vez los pacientes, sean hombres o mujeres, llegan al hospital. Es por ello que, el estudio giró en torno a que “hay diferentes factores personales del género femenino que hacen que no lleguen a tiempo al centro médico, esto hace que no se active el código de ictus tan pronto y provoca que las lesiones sean mayores”.