OPINIóN
Actualizado 30/04/2024 09:16:20
Eder García

Artículo de opinión de Eder García, concejal del PSOE en el Ayuntamiento de Soria.

Cuando entras en política, en cualquier nivel, sabes que todos tus pasos van a ser constantemente fiscalizados y cada decisión criticada o poco valorada. Esto es así. Nunca llueve a gusto de todos. Sabes, además, que se meterán contigo simplemente porque les caes mal o tienen una idea preconcebida y equivocada de ti.

Hasta aquí todo bien. No es justo, pero haberte dedicado a otra cosa. Para lo que nadie te prepara es para sufrir a través de tus seres queridos. Además de todo el tiempo que les quitas de las tardes o los fines de semana, tienen que soportar comentarios, opiniones de barra de bar y la constante cantinela de que eres deshonesto cuando no ladrón.

Es un peaje que decides pagar, a costa de tu familia, porque la política también te da muchas otras cosas buenas. Pero, como todo en la vida, siempre se pesan ambas cosas en una balanza. Se puede decir que tiene una parte bastante egoísta, ya que el peaje lo pagan también aquellos que te quieren y solo tú decides si te compensa o no.

Ahora bien, cualquier límite salta por los aires cuando las críticas o los ataques del adversario van directamente dirigidos a esas personas de tu entorno más cercano. No creo que exista una herramienta peor y más detestable en política. Es en ese momento en el que, una vez más, aunque sea terriblemente injusto, tienes todas las ganas del mundo de tirar la toalla.

La ausencia de empatía en política y su deshumanización llevan a escenarios en los que el adversario es enemigo, y la contienda sana del debate público se transforma en frentismo y guerra total. Es responsabilidad de todos rebajar el tono, ponernos más en el lugar del otro y comprender que no todo vale en política para llevarte el gato al agua.

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