Primer fin de semana del quinto mes del año es sinónimo de pingadas de mayo en la provincia, sobre todo en la zona de Pinares. Hoy Cabrejas del Pinar volvía a su tradición para enclavar un pino en su plaza principal. Como mandan los antiguos cánones, la mañana cabrejana se iniciaba en el paraje El Cubillo, con la corta del ejemplar elegido para este año, previo obligado almuerzo para ir acopiando fuerzas. Después, el árbol, limpio de su ramaje excepto en la copa, era trasladado en carro de bueyes al centro de la localidad. Con paciencia, pericia y también con experiencia, era izado el pino de 23 metros de altura a lo largo de una hora. Después, comida vecinal en el ayuntamiento para festejar el día.