Victoria y Gabriel, dos jóvenes originarios de Barcelona, han decidido volver a sus raíces, estableciéndose en un pequeño y encantador pueblo de Soria, no lejos del Burgo de Osma. Sus abuelas, originarias de esta misma localidad, emigraron a Barcelona en su juventud en busca de nuevas oportunidades y un futuro prometedor. Sin embargo, las vueltas de la vida han permitido a Victoria y Gabriel regresar a la tierra de sus ancestros, cerrando un círculo que comenzó hace décadas y redescubriendo el lugar que una vez sus abuelas llamaron hogar.
Victoria Sancho y Gabriel Yáñez, de 27 y 26 años respectivamente, son dos primos que han decidido retornar al pueblo donde sus abuelas vivieron en su juventud. A pesar del "prejuicio y desconocimiento acerca de lo que realmente implica vivir en un pueblo", como señalan Gabriel y Victoria, han optado por dejar atrás la frenética vida de Barcelona para establecerse en una pequeña localidad de apenas 10 habitantes, donde ellos son los únicos menores de 30 años.
Para muchos, este cambio puede parecer una verdadera locura. Sin embargo, para Victoria y Gabriel, los beneficios de esta nueva vida son incalculables. "Las distancias cortas, la posibilidad de hablar con todo el mundo, sentirse parte de una comunidad y el simple acto de abrir la ventana y encontrarse con el monte", son aspectos que ellos valoran profundamente. Para esta joven pareja de primos, el vivir rodeado de naturaleza y en un entorno donde cada día se siente como parte de una gran familia es un lujo inigualable.
A pesar de haber vivido siempre en Barcelona, Victoria y Gabriel, pasaban todos sus veranos en este pequeño pueblo de Soria, un lugar que siempre resonó en sus corazones como un posible futuro hogar. La conexión con esta localidad se fortalecía cada verano, llenando sus recuerdos y sueños. Llegó un momento en sus vidas en el que se alinearon varias circunstancias cruciales: “No teníamos trabajo, ni pareja, ni hijos, y los alquileres en Barcelona estaban carísimos. Era el momento perfecto para dar el paso”, explican. Este conjunto de factores los impulsó a tomar la decisión de mudarse, buscando una vida más tranquila y sustentable, lejos del ajetreo de la gran ciudad y más cerca de sus raíces familiares en esa pequeña comunidad soriana.
Para muchas personas, la decisión de Victoria y Gabriel de mudarse a un pueblo pequeño puede parecer una locura, especialmente considerando la escasez de servicios y las limitaciones que eso conlleva. “A pesar de que la oferta de ocio es limitada, la falta de servicios es evidente y las conexiones son malas, si las circunstancias lo permiten, no tenemos pensado volvernos”, afirman los primos con determinación. Están dispuestos a enfrentar estos desafíos por el beneficio de vivir en un entorno que valoran profundamente.
Sin embargo, no todo es idílico en su nueva vida. “Nuestra familia está en Barcelona y para quedarte aquí te tiene que gustar realmente”, reconocen. Esta realidad subraya un sacrificio significativo: la distancia de sus seres queridos y la adaptación a un estilo de vida completamente diferente, que no es para todos.
A pesar de estos desafíos, Victoria y Gabriel no se arrepienten de su decisión, de hecho consideran que “hemos aprendido mucho”. Han encontrado en el pueblo no solo un hogar, sino también una forma de vida que les permite conectarse más profundamente con sus raíces y con lo que realmente valoran: la tranquilidad, la naturaleza y una comunidad estrecha. Este cambio radical les ha brindado una perspectiva única y la satisfacción de seguir un camino menos transitado, lleno de sus propios desafíos y recompensas.
Adaptándose a su nuevo estilo de vida en un pueblo pequeño, Victoria y Gabriel decidieron compartir su experiencia y fomentar un mayor entendimiento sobre la vida rural. Con este propósito, crearon cuentas en Instagram y TikTok bajo el nombre de usuario @repoblando, donde muestran el día a día en el pueblo, curiosidades y las lecciones que van aprendiendo sobre la vida en una comunidad tan pequeña.
Con esta iniciativa digital, buscan no solo documentar su propia experiencia, sino también inspirar y educar a otros sobre los beneficios y desafíos de repoblar y vivir en áreas rurales. “Queremos mostrar el día a día, que la gente empatice y contar lo que vamos aprendiendo, que no es poco”, explican. Esta plataforma les permite no solo conectar con personas interesadas en un estilo de vida similar, sino también crear una comunidad en línea que apoya y valora la vida rural.
Victoria y Gabriel están convencidos de que, aunque muchos no estén dispuestos a considerar un cambio tan drástico, vale la pena al menos probarlo. “Que lo prueben”, afirman con entusiasmo, seguros de que más personas podrían enamorarse de la simplicidad y la riqueza de la vida en el campo, como les ha sucedido a ellos.