La lectora Belén Entrala Bueno remite esta carta abierta con motivo de la remodelación y tala de árboles ,en algunas vías y calles de la ciudad de Soria
Sr. Alcalde de Soria,
Me presento ante usted con la esperanza de compartir algunas reflexiones sobre la actualidad de los proyectos de remodelación urbana de la ciudad. Como residente preocupada por el futuro inmediato de la ciudad, me gustaría abordar un aspecto particularmente relevante: la conservación del arbolado durante estas iniciativas de mejora.
Es evidente que la remodelación de las vías y las calles es necesaria para el progreso y la modernización de la ciudad, así como para el saneamiento de aquellos árboles que estén causando problemas en los pavimentos por el invasivo crecimiento de sus raíces.
Sin embargo, la decisión de llevar a cabo tales talas masivas de árboles como parte de estos proyectos plantea interrogantes importantes sobre el equilibrio entre el desarrollo urbano y la preservación del medio ambiente durante la duración de las obras y recalco lo de la “duración de las obras”.
Entiendo la urgencia por abordar problemas de infraestructura como el levantamiento de pavimentos debido al crecimiento de las raíces de los árboles y los problemas que de ello se derivan para todos. Sin embargo, la alternativa de una estrategia de escalonamiento en la tala de los árboles hubiera permitido abordar las obras de manera ordenada y progresiva y así conservar las sombras al menos este verano y quizás el siguiente a medida que las obras vayan avanzando.
Se podrían haber comenzado la tala de árboles en áreas específicas donde las obras ya estén en marcha preservando el arbolado en otras zonas hasta que sea necesario intervenir. Esto hubiera garantizado que todos hubiéramos seguido disfrutando de la sombra y frescura que proporcionan nuestros árboles mientras avanzan con las mejoras de infraestructura urbana.
No parece que este verano la Calle Eduardo Saavedra vea iniciar siquiera las obras, dado que la remodelación de la Avenida de Valladolid aún no ha terminado la suya.
Así que este verano y hasta que comiencen y avancen las obras por la Calle Eduardo Saavedra, la visión de tal calle es de desolación y espanto absoluto sin sombra en la que refugiarse, ni para personas ni para coches.
Con la previsión de un verano de extraordinario calor no me queda más que darle las gracias por pensar en la salud de todos.
Belén Entrala Bueno