El Lavalenguas, oficialmente, comienza a las siete de la tarde, pero siempre es costumbre acudir a Valonsadero horas antes, con el encierro previo de los doce novillos por la mañana, y a partir de ahí, comenzar una jornada campestre en el querido monte soriano. El calor, casi rozando el bochorno, ha cumplido con las expectativas. Siempre a la espera de la 'lavada de lengua' a cada uno de los astados, muchos de los sanjuaneros han acudido, previsores, con indumentaria adecuada para la lluvia, que con gran seguridad pueda aparecer durante la suelta de los erales en la cañada.