Agosto es, por excelencia, el mes de las fiestas, pero las de julio tienen también todo lo que adoran vecinos e hijos del pueblo. Los fines de semana concentran algunas de las tradiciones más representativas de la provincia.
Las fiestas de San Juan suponen ese punto de inflexión que todo soriano espera. Y no solo por todo lo que significan esos cinco intensos días, sino porque es a partir de entonces cuando se produce la verdadera explosión de vida en la provincia. Arrancan las fiestas de los pueblos y, aunque es agosto el que concentra la mayor parte de las celebraciones, julio es un mes marcado en rojo para muchas localidades y cientos de vecinos.
Y es que los pueblos tienen un pulso propio, un latido que se acelera cuando repuntan las temperaturas y alargan los días. Un despertar que, en Soria, se siente con fuerza pues también supone el regreso de todos aquellos que, por circunstancias personales y familiares, se vieron obligados a abandonar una tierra que aman y a la que regresan aprovechando una excusa que normalmente porta nombre de santo o santa.
El ambiente ya es otro en todos estos pueblos sorianos, pues empieza a transformarse semanas antes de los días grandes. Las calles, habitualmente tranquilas, se han llenado de murmullos de preparación. Las conversaciones en la tienda de la esquina, en la plaza o en la iglesia giran todas en torno a lo mismo: “¿Estás listo para las fiestas?”. Las casas se engalanan, las luces se colocan y las banderas, con sus colores vibrantes, tardarán poco en ondear para anunciar que el gran momento se acerca.
Así es julio. Un mes para empaparse de lo mejor de Soria. Del carácter abierto y hospitalario de sus gentes y de una cultura que, en cada rincón de la geografía provincial, esconde una particularidad que la enriquece y que merece la pena descubrir. Porque las fiestas también son un homenaje a las tradiciones que forjan la identidad del pueblo. Desfiles de trajes típicos, bailes folclóricos y procesiones religiosas forman parte de un ritual que se repite año tras año, conectando a las nuevas generaciones con sus raíces. Consiguiendo que conozcan lo propio para que, como hicieron sus padres y abuelos, aprendan a amarlo.
Aunque tradicionalmente siempre ha sido el santoral el que ha marcado las fechas clave en las localidades sorianas, varias circunstancias están influyendo en modificar un calendario antes fijo. Además de respetar los Sanjuanes, la despoblación también entra en juego. Los pueblos más pequeños están empezando a ‘jugar’ con los días y concentran los actos más importantes en fin de semana. En Berlanga de Duero y Cabrejas del Pinar, por ejemplo, han optado por el segundo y el tercer fin de semana del mes respectivamente. En Duruelo de la Sierra se da otro caso distinto. Allí han decidido reducir las celebraciones de septiembre, cuando ya ha comenzado el curso y es más difícil coger vacaciones, para ampliar las de julio. La urbanización de Las Camaretas, en Golmayo, no tiene problemas de población, pero ha elegido el segundo fin de semana del mes para retener a sus vecinos antes de que vayan a disfrutar de sus respectivos pueblos.
Del 11 al 14 de julio se celebran en la urbanización de Golmayo días que “deben servir para romper con las rutinas y dar la bienvenida al verano a lo grande”, afirma su alcalde, Benito Serrano. Se mantienen citas que ya se han convertido en tradiciones y que esperan grandes y pequeños. No faltarán la parrida del viernes, la comida popular del sábado ni los toboganes acuáticos del domingo. Se mantienen las dianas de la mañana, los desfiles de gigantes y cabezudos y el Scape Room, un juego para descifrar en familia.
San Cristóbal es un santo que goza de una gran devoción en gran parte de la provincia de Soria, y especialmente en Berlanga de Duero, localidad que cuenta con una cofradía (de unos 460 socios) que se encarga del cuidado de su imagen y, entre otras, la organización de la festividad en honor al santo. Un fin de semana intenso con actividades para todos los públicos que, este 2024, se desarrollarán durante el 13 y el 14 de julio. La música tendrá un protagonismo especial, con pasacalles con dulzaineros y vistosas verbenas.
Las fiestas en honor a Santa Marina continúan creciendo en Duruelo de la Sierra. Se han celebrado siempre entre el 17 y el 18 de julio, pero el Ayuntamiento decidió ampliarlas y este 2024 abarcarán del 17 al 21. El día grande continuará siendo el jueves. A las 12:30 arrancará la procesión hasta la ermita y la posterior misa (castellana, cantada y muy emotiva) en honor a la santa. Hacia las 14:00 horas comenzará a sonar la Ronda para dar paso a un ritual único que tiene como protagonistas a la música popular, mayorales y motriles.
Del 18 al 21 de julio volverán a Cabrejas del Pinar tradiciones con siglos de historia, regresará la alegría típica de los días en honor a la Virgen de La Blanca. El programa festivo incluye todo lo que se espera de unas fiestas y, por ejemplo, no faltarán el pregón, baile vermut, bienvenida a los nacidos en 2023. Pero es el sábado el día marcado en rojo para los vecinos de Cabrejas y de los pueblos de la Concordia. La romería de La Blanca es una de las más multitudinarias de la provincia y también este año se espera con ganas.
Chalecos y pantalones bicolores volverán a salir del armario entre el 21 y el 25 de julio en San Leonardo de Yagüe. Los peñistas se armarán de nuevo con sus uniformes de ‘batalla’ para festejar los días en honor a Santa María Magdalena. Jornadas que, como manda la tradición, arrancarán sobre las 19:30 del domingo con la concentración en la Plaza Mayor, lugar en el que se dará el pregón de fiestas. A partir de ahí, todo lo demás. Corte de troncos, charanga, dianas y campeonatos... hasta la caldereta final que unirá a todos.