Se han instalado entre el tejado del templo y su retirada es prácticamente imposible. El párroco de la localidad asegura que las celebraciones litúrgicas no están en peligro.
Agosto es sinónimo de fiestas en multitud de pueblos de la provincia de Soria. Vecinos y visitantes esperan los días grandes de su localidad para revivir actos y tradiciones que han pasado de generación en generación. Algunas de las más destacadas son las celebraciones litúrgicas, misas y procesiones, en las que se da buena muestra de que el fervor y la devoción resisten al paso del tiempo.
Pero en la España Vaciada, no es extraño que surjan problemas de última hora que pongan en peligro estas festividades. La población de los núcleos más pequeños se multiplica durante los días previos a sus fiestas y es entonces cuando se detectan imprevistos de complicada solución contrarreloj.
Esto precisamente es lo que ha sucedido en Lodares de Osma, pedanía de El Burgo de Osma. Los vecinos se percataron hace pocos días de que las abejas habían colonizado la iglesia de San Nicolás. Los insectos eligieron alguno de los recovecos de su recientemente reformado tejado e instalaron un enjambre que ahora resulta "prácticamente imposible retirar", expresa el alcade pedáneo de la localidad, Valentín Rodríguez.
El párroco de Lodares de Osma, Jesús Lapeña, cuenta a Soria Noticias que los bomberos les han recordado que "se trata de una especie protegida y no podemos matarlas". Para cumplir la normativa, han contactado con "varias" empresas que se dedican al control de plagas y "ninguna asegura" que puedan retirarse las abejas. Además, "tampoco concretan un precio, pues localizarlas en el tejado de un templo no es tan sencillo como hacerlo en otro lugar", añade Lapeña.
Tanto el párroco como el alcalde pedáneo lanzan un mensaje de tranquilidad a vecinos e hijos del pueblo. "La iglesia no está cerrada, la novena se está desarrollando con normalidad y las celebraciones litúrgicas de las fiestas no están en peligro", expresan ambos. Así pues, la querida Virgen del Pozo no se quedará sin su misa del día 10 y los difuntos recibirán el recuerdo y el cariño de todos el domingo 11.
Lo harán "sí o sí" porque Lapeña y Rodríguez contemplan una alternativa si la estancia en el interior de la iglesia se torna peligrosa. Las eucaristías podrían llevarse al exterior, a la plaza del pueblo, como sucedió el verano en el que se realizaban las obras de rehabilitación del tejado del templo.