A través de varios escenarios, los actores de la obra ‘Agua Clara’ realizan una oda al agua, ensalzando sus usos y su necesidad.
Se hizo el silencio en la Dehesa de Ágreda. Decenas de personas se agolpan en la segunda fuente para disfrutar de la ruta teatralizada que se ofrece: ‘Agua Clara’
Una oda al agua y la importancia que tiene en el mundo. Los personajes van cogiendo el espacio ara explicar la importancia del agua. Los primeros en salir son los campesinos, quienes explican que la necesitan para que sus cultivos crezcan, pero también la temen porque trae tormentas que pueden destrozarlas. Las siguientes en salir son las flores, una rosa, una margarita y una amapola, que explican que para crecer y verse bonitas en primavera necesitan las lluvias. Los monjes por su parte, lo usan para el agua bendita.
El segundo de los actos se celebra en la fuente de 'Los huevos podridos', una de las 60 que existen en la villa. Allí se reúnen animales como la rana, la perdiz, la abeja, la liebre o la zorra, que llueva o haga sol, la zorra se caza con el ruiseñor.
El gallo es otro que también se acerca a beber a la fuente.
La música también es protagonista en el acto, una guitarra y una voz a capella entonan la canción de 'La Fuente' de San Juan de la Cruz.
Las jotas, las anécdotas y los poemas de Benito Pérez Galdós, en el que un caballero encantado que describe la Dehesa de Ágreda.
No hay que olvidar a las lavanderas, quién es para desarrollar su labor utilizan el agua, o a los horticultores, quienes gracias al río pueden regar sus huertos.
La obra finaliza entre aplausos de todos los asistentes, quienes, seguramente, después de ver esta representación respeten mucho más el agua y sus usos.