NOTICIAS DE BERLANGA DE DUERO
Actualizado 25/08/2024 18:35:47
Encarna Muñoz

Un grupo de 18 jóvenes de la Universidad de Mondragón ha gestionado este verano el bar de las piscinas municipales como parte de su aprendizaje hacia el emprendimiento.

A todos se nos ponen los dientes largos cuando imaginamos el verano de un estudiante. Casi tres meses de amaneceres tardíos, jornadas intensivas de piscina y largas noches con amigos haciendo escala en todas y cada una de las fiestas de la provincia. Suena bien, pero no corresponde al 100% con la realidad.

Muchos de los que todavía no han dado el salto al mercado laboral, aprovechan estos meses para ampliar su formación. Cursos de verano, prácticas en empresas, viajes para reforzar los idiomas... Son muchas las fórmulas, pero la que hemos encontrado en Berlanga de Duero llama la atención. Un equipo de jóvenes ha gestionado este verano el bar de las piscinas municipales como parte de su aprendizaje hacia el emprendimiento. Han convertido sus vacaciones en jornadas laborales interminables para aprender de la experiencia y conseguir unos ingresos extra para proyectos a futuro.

Formación diferente

El bar de las piscinas de Berlanga de Duero tiene desde el 15 de junio acento vasco. Procedentes de la universidad de Mondragón, en Guipúzcoa, 18 estudiantes gestionan un negocio para conocerlo desde dentro. Acaban de terminar el primer curso del grado oficial en Liderazgo Emprendedor e Innovación (LEINN), y este es uno de los proyectos que contempla su currículo formativo. Mario Barañano, de 19 años, es un componente del equipo y explica a Soria Noticias que esto, que puede sonar extravagante, forma parte de un modelo educativo que se resume con el lema ‘Learning by doing’ (aprender haciendo) y que ya ha demostrado su eficacia en países como Finladia.

En la Universidad, y desde el primer día, se propone a los estudiantes el diseño de productos y servicios reales, lo que les obliga a contactar con proveedores y clientes, contando además con todos los trámites administrativos y tributarios que requiere la normativa vigente (altas en la Seguridad Social, contratos...). Todos estos indicadores influyen en el desarrollo del curso, pero lo que marca su progresión, como en cualquier empresa real, son los beneficios obtenidos. “Conseguir dinero nos permite poner en marcha otros proyectos más grandes”, cuenta Barañano. La exigencia va aumentando según avanzan los meses, y este verano ha llegado una de las pruebas de fuego para estos jóvenes que esperan alcanzar “el dinero suficiente para investigar otros modelos en Nueva York, India y Corea”, expresa Mario.

Ningún soriano

Los 18 jóvenes tienen entre 18 y 21 años y, aunque en su mayoría proceden del País Vasco, también hay componentes de Cantabria y Valladolid. No se conocían antes de esta experiencia, pero no ha sido obstáculo.

Llegaron a Soria “de casualidad”. Ninguno de ellos tiene ascendencia soriana, ni ningún lazo con la provincia. El azar quiso que esta se cruzase en su camino cuando comenzaron a buscar licitaciones públicas en internet para emprender en verano. “Nos encontramos con el bar de Berlanga y nos pareció buena idea por su ubicación, la cercanía con las piscinas, el público objetivo y también el precio, pues era de las más baratas”, refiere Andrea Amayra, otro del equipo.

Se constituyeron en una asociación-junior empresarial, llamada Rivia, formalizaron el pliego, lo presentaron y, por 6.000 euros se les adjudicó la gestión del bar durante dos años. Este 2024 abrieron el 15 de junio y ofrecerán el servicio hasta el 15 de septiembre.

Aprendiendo, día a día

El bar de las piscinas de Berlanga ya funciona rodado, pero el proceso no ha sido nada sencillo. Para llegar a todo se dividieron en grupos de unas cuatro o cinco personas. “Nos vamos turnando cada tres o cuatro semanas y así todos exprimimos la experiencia”, señala Mario Barañano.

En conjunto, decidieron qué es lo que se ofrecería al cliente. Bebidas y comidas, principalmente pinchos y raciones que “no implicasen demasiada elaboración” porque “no tenemos experiencia en restauración”, confiesa Amayra. También se pensó en los contratos, los pagos a la seguridad social y otros trámites preceptivos. Y el alojamiento, que “incluimos en el capítulo de gastos”.

Las primeras estudiantes en llegar a Soria, además de establecer la toma de contacto con el terreno, localizaron y analizaron a los proveedores de la zona. Esto resulta vital en este tipo de negocios, y “había que buscar un buen precio y alguien que cumpliese, no nos podemos quedar sin género en los días clave”, añaden.

Los que han ido llegando después saben lo que les espera. El horario del bar abarca desde las 11:00 hasta las 02:00 horas, aproximadamente. Cada mañana se inicia una nueva jornada maratoniana, pero las sonrisas nunca faltan. “Somos jóvenes y con energía. Nadie regala el dinero y aquí tenemos las mejores prácticas”, expresa Nerea Balmaseda, la única mujer de este equipo.

En el proceso no están solos. “No tenemos profesores, pero nos ayudan asesores legales y financieros para no pasar nada por alto”, cuenta Aketza Aiastui, otro de los estudiantes. Ellos les orientan para que cuadren las cuentas al final del verano. “Esperamos un margen de beneficios entre 2.000 y 3.000 euros para poder viajar y seguir con nuestros planes”, confiesa Balmaseda.

Para ello, agosto es determinante por la llegada de los veraneantes y las fiestas patronales. La Eurocopa y la victoria de España, sin duda, han contribuido a aumentar la caja. También la respuesta de los vecinos, que “se han volcado”.

Trabajan sin descanso para cumplir, pero si no se consigue recuperar el dinero “tampoco se acaba el mundo”. “Habrá que buscar otras maneras para conseguirlo”, expresa con tranquilidad Barañano. Ideas no les faltan pues él, por ejemplo, sueña con “ganarme la vida con un proyecto de emprendimiento de carácter deportivo con el que ayudar a las personas con problemas de salud mental”. Berlanga puede ser el origen de todo.

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