El atleta quiere aprovechar esta oportunidad para escribir su nombre en el libro de historia de la provincia.
Los Juegos Paralímpicos, que se disputan del 28 de agosto al 8 de septiembre, contarán por primera vez con representación soriana. David José Pineda llevará el nombre de Soria a todos los rincones del mundo con su presencia en la categoría de discapacidad intelectual de los 400 metros. El atleta tomó la decisión de participar en una competición de estas características el pasado diciembre. Por aquel entonces, optó por tomar un camino, “que nunca antes me había planteado”, que le permita aprovechar una oportunidad única a sus 26 años.
Pineda está intensificando estos días su preparación en las pistas del CAEP. Aunque se encuentra “un poco cansado, ya que competí bastante antes de lograr la mínima”, se muestra muy optimista con sus posibilidades. De cara a su primera participación en unos Paralímpicos, el soriano busca conseguir una medalla de oro que sería histórica: “Va a estar complicado, pero es posible. Es algo que me motiva y que me lleva a dar lo mejor de mí en cada sesión previa”.
Con el reto de ser el primer soriano en colgarse una presea paralímpica, Pineda última a lo largo de estas semanas la técnica de la zancada y el primer 200 para llegar “con velocidad y fuerza al tramo final”. Enfrente tendrá rivales con los que no existe mucha diferencia y que viajan con el mismo objetivo. Sin embargo, este luchará con todas sus fuerzas por un sueño que “me abriría muchas puertas” y por “cumplir con una promesa que hice hace mucho tiempo a una persona muy querida”.
Para lograr ese oro, Pineda piensa que será fundamental bajar de los 47 segundos, marca de la que ya estuvo muy cerca en su última carrera en París: “Creo que podía haber apretado en la parte final”.
Con todo, este prefiere dejar a un lado a unos rivales que no conoce del todo y centrarse en sí mismo, concentrándose en lo que tiene que hacer en cada momento y en su gestión emocional. Para él, este aspecto tiene un papel esencial. “Por ahí pasan el 90% de las opciones de hacer algo grande”, apunta. Por ello, está cuidando hasta el último detalle su salud mental después de una temporada muy larga en la que su cabeza siempre ha tenido en el horizonte esta cita.
El corredor desembarcará en tierras francesas a finales de agosto con la intención de quitarse una espinita que lleva clavada mucho tiempo. Desde su participación en el Europeo Junior, no ha podido volver a competir en una cita internacional de envergadura por numerosas lesiones.
Tan solo de imaginarse en la línea de meta del Estadio Olímpico, “siento mariposas en el estómago; es una imagen que me ha venido a la cabeza muchas veces”. Precisamente, esta ilusión está yendo a más estas semanas en su ciudad. En ella, numerosas personas le paran para darle ánimos y cariño y para decirle que van a estar muy pendientes de él.
“Entreno en mi ciudad porque estoy con mi familia, mis amigos y mi entrenador”, sentencia. Muchos de ellos se desplazarán con él a París, a excepción de su madre. A pesar de que está muy contenta por la presencia de su hijo en este torneo, prefiere quedarse en casa, ya que lo pasa muy mal: “Tan solo ha venido una vez a verme correr. Lo ve por la televisión porque se pone muy nerviosa”. De esa manera, “sin ningún tipo de presión”, David José Pineda última los detalles antes de emprender su viaje a París.
Su primera cita en la pista será el 2 de septiembre, fecha en la que intentará clasificarse para una final que tendrá lugar tan solo 24 horas más tarde. Esta se disputará a partir de las 19:00 h en un Estadio Olímpico que estará hasta la bandera de aficionados de todas las partes del mundo.
Si llega a la final de los 400 metros, centrará todos sus esfuerzos en hacer historia para traer hasta Soria la primera medalla paralímpica del deporte provincial. La misión es histórica, de altura y nada fácil, pero no imposible.