Pesca eléctrica en un río soriano.


PROVINCIA
Actualizado 28/08/2024 09:36:04
Encarna Muñoz

Se trata de una modalidad rápida y efectiva que permite el control de la fauna piscícola. También se emplea para rescates, pues con ella se minimizan los daños para los peces.

La pesca eléctrica es una técnica en la que se utiliza corriente eléctrica para aturdir a los peces temporalmente, facilitando su captura. Este método aprovecha la cualidad "electroestática positiva de los peces y permite realizar censos poblacionales o rescates", cuenta uno de los agentes medioambientales de la Junta de Castilla y León en Soria. Se basa en "la aplicación, a través de un anillo conectado a un generador, de una corriente de baja tensión en el agua, esto provoca que los peces se paralicen momentáneamente, uno o dos segundos, permitiendo su recogida sin causarles daño", añade.

La pesca eléctrica se considera un método de muestreo prácticamente inocuo si efectúa correctamente. Tal y como se explica en el portal Pesca en Castilla y León: "Regulada convenientemente, la corriente eléctrica no debe producir ningún daño en los peces, más allá de decoloraciones parciales que desaparecerán en tiempo relativamente corto. Los huevos de los peces, larvas y macroinvertebrados no son afectados por la pesca eléctrica bien aplicada".

La Junta de Castilla y León, ejercieno su competencia de protección de la fauna piscícola, es la encargada de controlar quién y cómo puede ejercer la pesca eléctrica. Por esto, solo los equipos coordinados por el Servicio Territorial de Medio Ambiente, formados por agentes medioambientales y celadores, están acreditados para esta función.

¿Para qué se utiliza la pesca eléctrica?

"Lo más habitual es que se emplee para trabajos de censo, imprescindibles para el seguimiento de la calidad de las aguas en la comunidad", refiere el agente medioambiental consultado por Soria Noticias. Una vez al año o de forma bienal se realizan conteos en los puntos que forman la Red de Seguimiento y Control de las poblaciones acuáticas de Castilla y León. Se centra principalmente en aguas trucheras y así se vigila que arroyos, ríos o lagos cumplen con las condiciones óptimas para la supervivencia de la especie.

No obstante, la pesca eléctrica también resulta eficaz para los rescates. Estos son necesarios, por ejemplo, cuando un río sufre un estiaje (el caudal es mínimo y los peces quedan atrapados) por la sequía veraniega u otra causa. También cuando una obra civil amenaza a una población concreta. "Se sacan todos los peces y se trasladan, sin sufrir ningún daño, a otra masa de agua donde puedan sobrevivir", cuenta el agente, que añade que "se dispone de un vehículo especial con oxigenador si el viaje es más largo".

No se opta por otras modalidades de pesca porque "con este sistema se consigue capturar prácticamente el 100% de los peces", expresa. Con sacaderas "el trabajo resultaría eterno y, por ello, inviable" y los trasmallos "provocarían más daños" a los ejemplares.

¿Quién puede pescar de esta forma?

El uso recreativo o deportivo de la pesca eléctrica está totalmente prohibido en Castilla y León. La Ley 9/2013, de 3 de diciembre, de Pesca de Castilla y León no permite el uso de "aparatos electrocutantes o paralizantes" (artículo 55). Como excepción se contempla "cuando sea necesario por razones de investigación, control poblacional, divulgación, repoblación o reintroducción o cuando se precise para procesos de cría en cautividad autorizados".

La pesca eléctrica es una herramienta valiosa en la investigación y gestión de los ecosistemas acuáticos, pero su uso está estrictamente regulado para preservar la salud de los hábitats y las especies. Por ello, solo profesionales y expertos pueden emplear esta forma de pesca pues "se debe ser muy cuidadoso con la potencia empleada", insiste nuestra fuente.

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