El atleta vivió ayer un día frenético tras conseguir la medalla de plata con encuentros con numerosos representantes institucionales como la infanta Elena.
David José Pineda ha sacado tiempo de su apretada agenda tras lograr la plata en los 400 metros t20 de los Juegos Paralímpicos de París para atender a Soria Noticias. Después de un día de ayer cargado de encuentros institucionales, incluido uno con la infanta Elena, este se sincera, explicando que “no quería hacer nada más, ya que estaba reventado y me dolía un poco el tobillo”.
A la hora de recordar la prueba, este expresa que tenía “muy claro” que iba a hacer su carrera en los primeros 200 metros: “Sabía que, si apretaban mucho, no les iban a quedar fuerzas al final”. No obstante, independientemente de que le salió bien el plan, tiene clavada la espinita de no haberse subido a lo más alto del pódium: “Soy muy rencoroso y no voy a poder olvidar lo cerca que estuve”.
Por otro lado, al hablar del estadio, Pineda todavía se emociona, “dado que nunca había corrido en un sitio así con tanta gente”. Aunque la mayoría de su núcleo cercano lo vio desde la televisión, el atleta soriano estuvo muy bien acompañado por su entrenador, Enrique Márquez, y el resto de su familia.
Tras llegar a su hotel, el corredor no podía dormir por la cafeína que tenía en el cuerpo, “así que decidí contestar la mayoría de mensajes que tenía y llamé a mi madre; si me salté alguno, pido perdón”.
Ahora, una vez ha recuperado fuerzas, emprenderá esta tarde su viaje de vuelta a Soria. Ya en casa, Pineda se beberá la botella de vino que prometió en TVE: “Sobre la fiesta no me acuerdo que comenté. Estaba demasiado eufórico y no lo recuerdo. Bastante jaleo tengo, pero bueno si hacen alguna cosa, yo encantado”.
Por último, a nivel deportivo, el atleta no se marca retos a corto plazo, aunque ya tiene en mente el Mundial del próximo año.