El Numancia vence al Coruxo con una primera parte vibrante y eléctrica pero sufrió un apagón general tras el descanso que, contra los gallos de la categoría, no se puede permitir,
Primera visita de la temporada y primer viaje largo hasta Galicia del conjunto rojillo. Los de Aitor Calle, con una docena de fieles aficionados en la grada, comenzaron a un gran nivel. Presión alta y salida rápida sin dar opciones al Coruxo de hacer daño a los sorianos pues carecían completamente de balón en los primeros compases del partido.
Si el Numancia es este año el de la primera parte del pasado sábado, el ascenso será un hecho. Uno de los mejores 45 minutos que han realizado los rojillos en mucho tiempo con un Alain Ribeiro que está de dulce, con la flechita hacia arriba y viviendo un idilio con el gol. El Numancia pudo irse 3 o 4 a 0 al vestuario, pero no lo hizo y eso siempre pasa factura. Hay ocasiones que se pueden desperdiciar.
Antes del descanso ya los de Calle bajaron el pie del acelerador. Tal vez estas desconexiones sean normales al comienzo de una temporada, pero no pasa nada por alertar de ellas y tenerlas controladas. Porque si el rival de ayer en lugar de ser el Coruxo es el Avilés o el Pontevedra seguramente no regreses a Soria con los 3 puntos.
Un Pontevedra, por cierto, llamado a ser el gran rival del Numancia para hacerse con el ascenso directo, que visita Los Pajaritos el próximo domingo a las 5 de la tarde. Sería insultante decir que se trata de una final estando en la jornada 3, pero si se trata de una ocasión pintiparada para dar un manotazo encima de la mesa y demostrar que este Numancia no va a tontear porque tiene muy claro el destino y el camino este año. Una victoria contundente, o al menos solvente, podría dejar a las claras que los rojillos son el único coco de este grupo. Y para ello es fundamental el apoyo de la afición porque estos puntos de septiembre pueden evitar disgustos en mayo.
Pero volviendo al partido pasado y no al próximo, destacar el tanto de De Frutos con un soberbio cabezazo picado a la salida de un córner. El central sigue al nivel del año pasado, inmenso, no rehúye ningún balón dividido y por arriba está inmenso. Sin duda uno de los mejores defensores de la categoría y todo un bastión para el Numancia. Con 0-2 y buenas sensaciones el equipo se fue a los vestuarios.
Pero la segunda pate difuminó todas esas buenas sensaciones. Cambio radical, para mal. 45 minutos malos sin paliativos. Sin ideas, indecisos e imprecisos. Flojos de pantalón que diría Rosendo. La banda izquierda de los sorianos se convirtió en un coladero permitiendo un sinfín de centros hasta que, claro, al final cazaron uno y nos metieron el miedo en el cuerpo.
Sufrió el Numancia, más por el resultado que por las ocasiones gallegas, pero sufrió. Pudo sentenciar en alguna contra, pero los egoísmos no son buenos en el fútbol. Mal, mal y mal. Pitó el colegiado y comenzó el largo viaje de regreso con una duda que, el próximo domingo ante el Pontevedra no puede existir; ¿El Numancia es el de la primera parte o el de la segunda?