CAPITAL
Actualizado 17/09/2024 20:44:43
Sergio García

¿Qué es la enfermedad hemorrágica epizoótica? ¿Cuántas vacas hay en Soria? ¿Cuánto vive una vaca? ¿Qué diferencia hay entre una churra y una merina y porqué no se deben mezclar?

Imagínese el lector que es un periodista de ciudad (aunque sea pequeña). Un plumilla de esos que se encuentra más cómodo mirando en su móvil las reacciones al último debate de las elecciones americanas que yendo a por setas al monte. Alguien a quien los animales que no le dan miedo le dan alergia y los que no, asco. Y ahora imagínese que por alguna extraña razón (el trabajo normalmente suele ser la más mundana de las razones para este tipo de desventuras) acaba en una feria ganadera como la que este fin de semana de realizó en Soria. Bien, pues en esta hipotética situación, que nada tiene de autorreferencial, estas serían alguna de las cosas que podría aprender.

  1. El Covid de las vacas

Poniendo oído a las conversaciones de los paisanos, pronto descubrirá que el tema de este año es ‘el mosquito’. Un mosquito que propaga una enfermedad (la EHE o enfermedad hemorrágica epizoótica) que afecta a los animales y que, según cuentan, el año pasado ya estaba rondando, pero que este trae por la calle de la amargura a los ganaderos. “Para que lo entiendas es como el Covid de las vacas”, cuenta uno de los más jóvenes y rudos ganaderos que exponen en el coso soriano. Se parece al Covid, aprenderá, porque a cada ejemplar le afecta de manera diferente. Algunos son asintomáticos, otros sufren ceguera, les molesta la luz, les provoca ulceras la lengua, pierden el apetito y/o tienen problemas para respirar. No pocos ejemplares son los que mueren. También se parece al Covid en que ,una vez pasado, el animal se inmuniza y en que se está trabajando con una vacuna que no está del todo testeada. La parte buena, es que la enfermedad no se transmite de un animal a otro, que tampoco se contagia a los humanos y que, de ninguna manera, llega a la cadena alimenticia de los humanos.

  1. Las vacas en Soria

Con todo eso en mente el juntaletras urbanita seguramente tenga pocas ganas de seguir vagando entre los animales, pero su colmillo periodístico le dice que tal vez pueda aprender algo más. Antes de meterse en la ardua, y a todas luces poco práctica para su vida, tarea de distinguir entre una Limousin y una Charolesa (sí sabe que las serranas son las negras) necesita algo de contexto. Prácticamente todas las explotaciones de vacuno de la provincia se dedican a la carne y esta puede acabar tanto en las carnicerías locales como en el sistema de distribución nacional de las grandes cadenas. En este sentido, el sector tiene claro que haría falta recuperar un matadero en la capital (ahora mismo solo hay uno en Vinuesa) para que la transformación, el valor añadido y el empleo que esta genera pudiera quedarse en Soria. Las vacas más comunes en la provincia son las limousin y sus diferentes cruces. También se aprende que, aunque sean pocas, el par de explotaciones bovinas dedicadas a la leche son fundamentales para mantener la Denominación de Origen de la Mantequilla de Soria.

  1. Pero y una vaca… ¿qué?

Llegados a este punto el reportero empieza a sentir cierto interés genuino por el ganado. En especial por dos ejemplares. El primero es un toro y si aciertas su peso te dan un jamón. 544 apuesta convencido y el resultado (546) le deja bastante frustrado y con hambre. Por ello compra papeletas para el sorteo de una ternera fleckieh o los 1.200€ que suponen su equivalente en el precio. Aunque él solo ha comprado 5 papeletas, y en esta feria el billete más pequeño de curso legal parece el de 50€, siente la necesidad de saber más sobre las vacas por si le toca llevarse a Lola (sí, ya le ha puesto nombre) a casa. Por cierto, el boleto ganador es el 0887. ¿Cuánto vive una vaca? Se pregunta. La respuesta es pragmática y de primeras impactante: “Si no tiene enfermedad ni cosas raras, hasta que sea productiva para el ganadero”. Adiós. La productividad, en estos casos, puede ir más allá de la carne trayendo nuevas cabezas a la explotación. Una vaca vive entre 15 y 17 años. Desde los 2,5 o 3 años puede empezar a reproducirse, el embarazo dura 9 meses como en ser humano y los ganaderos suelen ‘activar’ su ciclo reproductivo una vez cada 12 meses. Si una sola vaca puede parir tranquilamente unos 15 terneros a lo largo de su vida, es bueno saber qué comerán. El pasto es la base de su alimentación, aunque con piensos de soja, harinas y cereales se tratará de potenciar algunas de sus cualidades más productivas (básicamente el engorde y la leche). En el fondo, confiesan, por poder, una vaca puede comer casi de todo, como cáscaras de naranja. Este dato, sin duda, cambiará la vida del redactor.

  1. Las churras y las merinas

Pero como no solo de vacas vive una feria ganadera, el plumilla recorre los establos donde también hay caballos, cabras y ovejas. Ha llegado el momento de aprender y no volver a mezclar nunca más churras con merinas. Un oriundo de Tierras Altas, que mira raro cuando se le hace dicha pregunta, lo explica con concisión cortante: “La una pal’ lechazo y la otra pal’ abrigo”. A saber, la oveja churra es la típica de Castilla, una oveja fuerte con un gran sabor en su carne y en su leche. Las ovejas merinas, originales del sur de España, tiene un pelaje más suave y fino, ideal para esquilarlas y hacer lanas con él. Estas son las que hacían la trashumancia. Visualmente, y por hacerlo fácil, las meninas son más ‘esponjosas’ y su pelaje les cubre una parte de la cabeza. Las churras son más espigadas y bastas, tienen manchas negras y una frente despejada. Así pues, aunque en un primer vistazo podrían parecer iguales (¡ovejas!) mezclarlas supondrá un error de novato (ejem) pues nos quedaremos sin la mejor lana y sin los quesos y la carne más sabrosa.

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