CAPITAL
Actualizado 05/10/2024 12:48:03
Pedro Lafuente

El grupo hizo vibrar a miles de personas en la Plaza Mayor con su sencillez, con su naturalidad y con unos temas que envolvieron hasta a los más asépticos.

¿Cómo tres tíos enamoran a Soria en menos de una hora? Qué pregunta más difícil de contestar y que fácil es de resolver para todos aquellos que estuvieron anoche en la Plaza Mayor. El vocalista, Fito Robles, el guitarrista, Xavi Road, y el batería, Jacobo Betanzos, demostraron en la recta final de las fiestas de San Saturio el porqué Siloé se está consolidando como uno de los grupos con mayor proyección nacional.

En primer lugar, su naturalidad es un factor diferencial. ¿Qué persona que va a las fiestas de una ciudad y que dice hasta en dos ocasiones mal el nombre del patrón se va ovacionado? Robles se equivocó dedicando el concierto a San Saturnino en vez de a San Saturio. La primera vez pasó un poco desapercibido. Sin embargo, en la segunda ya notó algo raro en las caras del público, situación que le hizo parar y acercarse hasta las personas de primera fila para preguntarles qué ocurría.

Sin egos ni miedo a que se le cayeran los anillos, el cantante de Siloé pidió disculpas y se rió de su error, nombrando a San Saturio en el resto de canciones del concierto. El resultado: un aplauso multitudinario de todos los asistentes.

En segundo lugar, su sencillez. ¿Cuántos artistas conocéis que empiezan su actuación con una guitarra y con una armónica en la mesa de sonido, alrededor de todo el público, y la terminan en el centro de la pista? Yo, a pocos. Siloé arrancó su obra maestra con Fito Robles, sorprendiendo a propios y a extraños en una pequeña plataforma, justo al lado de la Fuente de los Leones. Aunque al principio la gente estaba un poco fría, ese gesto provocó que la gran mayoría entraran en materia y se acercaran a las primeras filas para no perderse nada.

De la misma manera, este enganchó a las personas que no conocían sus temas de una forma rapidísima. Pidiendo que levantaran la mano todos aquellos que no se sabían sus canciones, este les explicaba su estribillo para que se lo aprendieran y lo cantaran al unísono con todos los fans que tenían claro hasta dónde iban las comas.

La cosa no acabó ahí. En una de las últimas canciones del concierto, nada más y nada menos que ‘Todos los besos’, uno de los temas fetiche de la banda vallisoletana, Robles se mezcló con el público para poner el broche de oro a la velada -un servidor lo tuvo a escasos centímetros sin entender bien qué estaba pasando-.

Por último, la calidad técnica y sonora. La exhibición de Xavi Road y Jacobo Betanzos fue antológica. La voz de Fito Robles dejó a los presentes hipnotizados, pero las actuaciones de los dos primeros a la batería y a la guitarra emocionaron hasta a las personas que no saben apenas de música (aquí un servidor). “Qué pasada”, “vaya ritmo que tienen”, “se oye bien desde todas las partes de la plaza”, eran alguno de los comentarios más recurrentes.

Con todo ello, Siloé completó el que para mí ha sido el concierto del año en Soria. Ahora, todavía le falta una promesa por cumplir. Conocedores de las fiestas de San Juan, estos reconocieron sobre el escenario que les gustaría venir a tocar para ellas. Si lo petaron ayer, no me quiero imaginar para unas fechas en la que la ciudad está en plena ebullición.

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