Se trata de dos jornadas que se celebran en el espacio cultural Santa Clara a la que acudirán socios de la asociación, creada hace un año, también profesionales de distintas organizaciones, gente del mundo de la academia, ponentes y vecinos de la ciudad, que en conjunto engloban a “personas y organizaciones de todos los sectores y de todo el espectro ideológico, así como de todas las generaciones”.
La asociación ‘El Día Después’ ha vuelto a escoger, por tercera vez, a Soria para realizar sus diálogos. Una provincia idónea para poner en valor “un pensamiento constructivo y diverso para escucharnos, pero que convive perfectamente con el silencio, tan necesario, en un mundo que va muy rápido”. Con estos encuentros, que se desarrollarán en el espacio cultural Santa Clara, durante los días 17 y 18 de octubre, se pretende “practicar el arte de la escucha” con el fin de “demostrar que nuestra sociedad está más que preparada para entenderse y abordar la diversidad como una fuente de riqueza, de inspiración y creatividad, y que podemos superar lo que se llama polarización o trivalización”, así como “sentar las bases para un nuevo contrato social y ayudar a la renovación democrática”, ha indicado.
Se trata de dos jornadas a las que asistirán los socios de la asociación, creada hace un año, también profesionales de distintas organizaciones, gente del mundo de la academia, ponentes y vecinos de la ciudad, que en conjunto engloban a “personas y organizaciones de todos los sectores y de todo el espectro ideológico, así como de todas las generaciones”.
Todo para crear “un escenario con el fin de que quien acuda pueda sentirse protagonista en la conversación, con un diálogo de verdad y abierto”, así como el poner sobre la mesa que “llegará un día en el que vamos a ver que nuestra sociedad estaba mucho más preparada de lo pensábamos para afrontar los desafío que no son sencillos”.
Igualmente, se abordarán cuestiones como “la relación entre Inteligencia Artificial y Derechos Humanos o la desigualdad, o el necesario entendimiento entre territorios urbanos y rurales, en los que la conversación tiene que cambiar”. Esta modificación, según indica el Mataix tiene que ir encaminada por dos cuestiones. Por un lado, “preguntarnos quién falta en la conversación, porque todo lo que no construyamos socialmente tiene riesgo de generar desigualdad y polarización”. Y, por otro lado, “necesitamos espacios reales donde se den las condiciones y la predisposición para la unión y la escucha”.