OPINIóN
Actualizado 30/10/2024 11:21:08
Alejandro Ramos

Artículo de Alejandro Ramos, militante del Partido Popular.

La pretendida superioridad moral de la izquierda es un mito. Creer que uno es moral por las ideas que tiene antes que por las acciones que emprende es un error que, desgraciadamente, se ha convertido en habitual. De hecho, en los últimos tiempos, la izquierda no está incumpliendo sus expectativas de defraudar.

Desde que Sánchez alcanzó el poder a partir de una sentencia adulterada que permitió armar una causa por corrupción contra el PP, se ha ido produciendo una importante degradación de nuestra democracia a partir de aspectos como la colonización de las diferentes instituciones, la corrupción que acorrala al Gobierno (y muy especialmente al círculo cercano del presidente) o la falta de ética y coherencia de sus dirigentes.

A día de hoy, no se me ocurre ningún organismo público que no haya sucumbido a la influencia de Ferraz o la Moncloa. El Tribunal Constitucional, el Tribunal de Cuentas, el CIS, Renfe y Correos son solo alguno de estos ejemplos. El propio fiscal general del Estado, el jefe de todos los fiscales, ha sido imputado por el Tribunal Supremo por acatar las órdenes del ‘número uno’ y actuar como si fuese el ‘ministro fiscal’.

En cuanto a la corrupción, lo que inicialmente era solo fango, bulos, insidias o infamias, por parte de determinados medios de comunicación, se han convertido en imputaciones. Hasta la fecha, existen cuatro causas judiciales, quince delitos investigados y once ministerios implicados. Todos los caminos apuntan hacia una misma dirección: la Moncloa.

El último de los escándalos lo ha protagonizado uno de los líderes de la nueva política, el diputado y portavoz de la coalición con más egos que votos y fundador de Podemos, Íñigo Errejón, que se ha visto obligado a dimitir de todos sus cargos por varias acusaciones de acoso sexual.

Etiquetas

Leer comentarios
  1. >SoriaNoticias
  2. >Opinión
  3. >La izquierda de verdad