Los responsables de Invest in Soria avisan a los alcaldes de la provincia y aseguran que "hay polígonos con muchas carencias". Esta es, según ellos, la explicación al éxito o el fracaso de este tipo de espacios. Cuestiones como la capacidad eléctrica, la depuración, el precio del metro cuadrado o la edificabilidad marcan la diferencia a la hora de posicionarse entre las empresas dispuestas a invertir.
Durante los últimos meses parece haberse desatado en la provincia una guerra entre distintos polígonos industriales. Más bien, el combate se ha iniciado entre políticos de uno y otro bando que pugnan por las inversiones públicas y privadas, siempre limitadas y ahora más vitales que nunca en lo que se refiere a mantener población. Una nueva empresa o proyecto en el polígono del pueblo asegura el dinamismo económico del lugar, pero también puede traducirse en el mantenimiento del colegio a medio plazo, por lo que se entiende el interés de los distintos representantes públicos.
No vamos a jugar a la ingenuidad, está claro que la intervención de administraciones fuertes como la Junta de Castilla y León o el Gobierno de España, con diferentes promesas de presente o a futuro, puede declinar la balanza cuando una empresa estudia la ubicación en un lugar u otro. No obstante, hoy son los expertos los que hablan y con sus explicaciones se alejan fantasmas y se despejan dudas.
Marian Fernández, directora general de FOES (Federación de Organizaciones Empresariales Sorianas) ha lanzado un mensaje directo a los alcaldes de la provincia y les avisa de que "hay polígonos con muchas carencias". Por ello, les pide "ser conscientes de sus limitaciones y conocer cuál es su potencial cliente" pues "es distinto disponer de un polígono industrial, un polígono de servicios o simplemente suelo industrial".
Considera que hay espacios que deberían afrontar "inversiones" para "alcanzar servicios básicos para las empresas", y en esto solicita también la intervención de otras administraciones con mayor capacidad económica. Fernández considera que "disponer de gas, la capacidad eléctrica, la depuración, el precio del metro cuadrado o la edificabilidad marcan la diferencia a la hora de posicionarse entre las empresas dispuestas a invertir".
Para la directora general de FOES, el éxito del PEMA, en Garray, responde a que "cumple con todas las necesidades de las empresas". Ha asegurado que los empresarios lo califican como "un polígono de Champions League" porque a todo lo anterior se le añade que "los procedimientos de venta son inmediatos y sin concursos públicos". A menor escala, también el polígono de Almazán "funciona muy bien" porque "tiene a alguien detrás que responde", refiere Marian Fernández.
Frente a estos aparece otro espacio que lleva años pretendiendo despegar, pero no está demostrando el éxito que se le aventuraba. A Valcorba, en la capital, le cuesta atraer inversiones industriales y parece que no todo es cuestión de la voluntad política o ausencia de esta. Andrés Sienes, responsable de Invest in Soria, aclara que este polígono "no tiene gas" y "la edificabilidad es baja". Sienes explica este concepto con una comparación simple: "En el PEMA todas las parcelas tienen una edificabilidad del 70% y en Valcorba en algunas es del 25%, es decir, si compras, y pagas, 1.000 metros cuadrados solo puedes construir en 250".
Estas declaraciones se han realizado respondiendo a una pregunta de este medio que se ha formulado durante un desayuno informativo promovido por Invest in Soria, un proyecto de atracción empresarial gestionado por FOES y financiado por la Diputación de Soria y la Junta de Castilla y León. Inició su andadura en 2018 y, desde entonces, ha conseguido atraer a la provincia de Soria a 9 empresas, promoviendo la inversión de más de 50 millones de euros y la creación de 231 empleos.
Los responsables de Invest in Soria han insistido en más de una ocasión en que "son las empresas las que eligen en qué ubicaciones instalan sus proyectos" y que "nunca hemos apostado más por un sitio que por otro". También han pedido que "se nos deje fuera del rifirrafe político" calificándose como "un proyecto técnico".