El 31 de julio comenzó la recolección en la región en la zona de Cebreros, Ávila, con la variedad blanca principal de la zona, Albillo Real. La campaña se ha alargado por las precipitaciones de octubre y la uva ha presentado un buen estado de maduración y sanitario que augura vinos de gran expresividad y calidad.
La vendimia en Castilla y León se da prácticamente por finalizada en las denominaciones de origen protegidas de la Comunidad con una buena calidad de la uva y una producción de 274 millones de kilos, en la media de los últimos cinco años (275 millones de kilos).
La campaña de 2024 arroja una calidad buena o muy buena de la uva, gracias a un trascurso normal de ciclo que terminó con un buen estado de maduración y sanitario. Estas circunstancias han permitido que las uvas desarrollaren una concentración de aromas y una riqueza en azúcares y acidez que auguran vinos de gran expresividad y calidad.
La vendimia comenzó en Castilla y León el 31 de julio en la zona de Cebreros con la variedad blanca principal de la zona, Albillo Real. Asimismo, la DOP Sierra de Salamanca empezó a vendimiar el 18 de agosto y la D.O. Rueda inició la recogida de la variedad Sauvignon Blanc el 23 de agosto, mientras que la D.O. Bierzo lo hizo el 27 de agosto.
Superados esos primeros días, la vendimia se generalizó a mediados de septiembre con excepción de las denominaciones más tardías, como Arlanza. Ribera del Duero, con amplios viñeos en Soria y con un montante de 95.265.927 kilos de uva, ha ido más retrasada, en coherencia con su ciclo, complicándose la recogida en las últimas semanas por la presencia de la lluvia. Esta misma situación se ha repetido también en Tierra del Vino de Zamora, León o Valles de Benavente. Precipitaciones, en definitiva, que han provocado que se haya alargado la campaña.
El principal contratiempo de la campaña han sido las heladas de los días 23 y 24 de abril que afectaron a casi todas las zonas vitivinícolas, aunque también se han registrado dificultades en el cuajado como consecuencia de las lluvias y tormentas de junio. Mientras, en otras zonas hubo tormentas de granizo en septiembre.
El ciclo vegetativo del viñedo se produjo en la mayoría de las zonas con cierto adelanto, un fenómeno que va asentándose en los últimos años. El mes de julio resultó muy cálido con un periodo sequía que continuó en agosto, situación que contribuyó a mantener la uva en un buen estado sanitario.
La diversidad de microclimas y suelos en las distintas DO de la región ha permitido que cada variedad exprese sus mejores particularidades. Las bodegas han manifestado grandes expectativas en esta campaña, que aportará las mejores características de cada zona productora.