El partido animalista acusó a la Junta de Castilla y León consideraba que la cifra de estos cánidos era “ridícula y poco creíble” y pedía la dimisión del consejero Suárez Quiñones.
Durante el día de ayer se dio a conocer el censo del lobo ibérico en Castilla y León de las temperadas 2022-23 en donde se contabilizaban 193 manadas en toda la comunidad. Ese mismo día, el partido animalista PACMA señaló que esos datos “estaban manipulados” y consideraba que la cifra de estos cánidos era “ridícula y poco creíble”. Ante esto, pidieron la dimisión del consejero Suárez Quiñones.
Hoy, en consejo de Gobierno, el portavoz de la Junta de Castilla y León, Carlos Fernández Carriedo, ha indicado que “el consejero ha estado acompañado, a la hora de presentar el censo, de los técnicos que lo habían elaborado”. Así ha asegurado que estos profesionales son expertos en diferentes ramas como la biología, veterinaria, etc. y que para obtener estos datos han utilizado una metodología del censo que es pública y “está colgada en la página web de la Junta de Castilla y León”. Es por ello que, invita a todo el que así lo desee a “acudir a ella para consultar dicha información”.
Igualmente, invita a que se realicen aportaciones técnicas. “Estoy convencido que los profesionales que han participado en ese trabajo están dispuestos a escuchar cualquier sugerencia. Y, si cualquier entidad o partido político tiene un censo alternativo, lo puede poner sobre la mesa, lo podemos contrastar y, seguro que, los profesionales de la administración están encantados de informar de cómo se ha realizado el censo”.
Por otro lado, Fernández Carriedo asegura que “cualquier persona que viva en el mundo rural es consciente de que han aumentado el número de manadas de lobos en los último años”.
En lo que respecta a la fórmula que plantea la Junta de Castilla y León para la mejor protección del lobo en el territorio es “el equilibrio y la convivencia entre los dos cursos. Un balance entre el lobo y la ganadería, que funcionó muy bien en la comunidad porque ha permitido tanto la protección del lobo como que los ganaderos puedan realizar su actividad”.
Sin embargo, ha lamentado en la autonomía “por desgracia está más amenazada la existencia del ganadero y la continuidad de su explotación que la del lobo, en términos de ejemplares y de número de manadas”. Es por ello que considera que “romper ese equilibrio no es positivo, porque iría en contra de la ganadería y de la actividad humana”. Y, ha afirmado que no hay nadie mejor para cuidar el entorno natural que los que allí viven y en caso de que se modifique “a quien más va a perjudicar es a la fauna silvestre a la que se quiere proteger”.
Finalmente ha sentenciado que “cuando hay algo que en funciona, y aquí funciona porque es donde más especies de animales silvestres hay, hay que seguir, continuar y mantenerlo”.