El alcalde de Soria toma parte en una mesa en la que se ha profundizado en el papel de la población migrante y la importancia de conseguir “su arraigo en el territorio para que lo sientan como propio y hacer sociedades más inclusivas donde se hable de vecindad”. Carlos Martínez ha puesto también el foco en la migración como oportunidad en zonas despobladas y envejecidas y en medidas planificadas y financiación.
El alcalde de Soria, Carlos Martínez Mínguez se encuentra en Portugal participando en el 10º Foro Mundial de la Alianza de Civilizaciones de las Naciones Unidas (UNAOC), concretamente en la ciudad de Cascais, en una covocatoria que tiene el lema 'Unidos en la Paz: Restaurar la confianza, remodelar el futuro - Reflexionando sobre dos décadas de diálogo por la humanidad'.
El regidor ha intervenido hoy en un panel temático donde se ha profundizado sobre la migración con el título ‘La contribución de la migración a la construcción de sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible: forjar un nuevo contrato social, compartir buenas práctica’. Junto al responsable municipal y representante de Gobiernos Locales de Mundo han compartido mesa Jaume Duch, consejero para la Unión Europea y Acción Exterior de la Generalitat de Cataluña; Gilles Poux, alcalde de La Courneuve, Francia, Alessandro Ghinelli, alcalde de Arezzo, Italia; Marta Feio, miembro del Consejo, AIMA (Agência para a Integração Migrações e Asilo); y Francisco Kreye, consejero municipal de la Administración de Cascais. Pär Liljert, director de la Oficina de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en las Naciones Unidas en Nueva York, ha moderado las ponencias.
Mínguez ha explicado en su intervención la situación de la ciudad explicando algunos datos que pueden contextualizar el protagonismo de la migración. Soria es una ciudad con problemas severos de despoblación, especialmente en la provincia, un envejecimiento de la población y un 21 % de la misma de 114 nacionalidades diferentes. “Estos datos debemos verlos como una esperanza de futuro. El reto no solo es de la integración e inclusión social, sino del doble reto de generar arraigo al territorio, de quienes, sin compartir origen comparten vecindad y que esa vecindad ha de ser comprendida por toda la población en igualdad de derechos y obligaciones.”, ha explicado.
El responsable municipal ha vuelto a aprovechar el foro internacional para reivindicar el papel de las entidades locales y recordar el trabajo que se lleva a cabo por parte del CGLU, "movimiento municipalista internacional que nace en 1913, con la diplomacia entre ciudades como bandera y que entiende la paz, como lo contrario, a la violencia, como un proceso en constante construcción desde nuestras calles, nuestros barrios, a través de la planificación urbana, de la prestación de servicios y derechos a la ciudadanía, a través de la reducción de las desigualdades y que entiende la igualdad y los cuidados como precondiciones para la paz”.
Capacidad y voluntad
“Los gobiernos locales somos conscientes en las limitaciones que tenemos para evitar un conflicto, pero también de la capacidad y voluntad que tenemos, no solo para mantener los puentes entre los pueblos, sino para mitigar y prevenir los conflictos. Por eso buscamos tener un lugar estructural en las conversaciones globales sobre la construcción de la paz”, ha explicado, insistiendo en el protagonismo a la hora de conseguir una convivencia real que siempre debe ir de lo más próximo a lo más lejano y que debe comenzar por ese papel de los ayuntamientos y gobiernos locales. También ha recalcado que es preciso huir de los mensajes polarizados y simples buscando culpables especialmente en la población migrante.
“Los gobiernos locales, los alcaldes y alcaldesas, somos conscientes de que en tiempos de continuas, crisis económicas, sociales, sanitarias, medioambientales y bélicas, como la que estamos sufriendo de forma concatenada en los últimos 15 años, la migración se convierte en el falso culpable de los recortes de los servicios públicos, cobertura social, acceso a la vivienda, sin causa que justifique estas acusaciones. Pero con importantes altavoces políticos y mediáticos que lo repiten, por eso desde CGLU trabajamos también desde la mano de otras entidades, participando en sus diálogos por un enfoque integral de la migración, que analice el impacto, sumando debilidades y oportunidades, tanto de los lugares o ciudades que reciben migrantes como las consecuencias de la pérdida de capital humano de los lugares y pueblos que la migración dejó atrás”, ha resumido en su intervención.
Para acabar, ha abogado por movilizar un plan de acción global en favor de las vías de migración legal, que sume acciones multilaterales, multinivel y multi actor, en el que con la imprescindible escucha de la población migrante, se cuente con la participación y colaboración de las comunidades y gobiernos locales, de origen, de destino, de tránsito, con financiación suficiente que garantice la cobertura social, educativa, formativa y de integración y arraigo, apuntando los efectos positivos de la migración, y utilizando la tecnología para una mejor formación e información en derechos, obligaciones, y recursos de las personas, que son los vecinos y vecinas de nuestras ciudades.