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RUTAS
Actualizado 02/12/2024 13:07:33
Pedro Lafuente

Nos desplazamos hasta Ágreda para realizar un trayecto de 14 kilómetros. En él, descubriremos espacios naturales como la cascada o unos huertos árabes que todavía tienen mucha importancia para este municipio soriano, con su producción de cardo rojo. Al mismo tiempo, también viajaremos al pasado para aprender más sobre las tres culturas que convivieron en la localidad agredeña y para apreciar construcciones, como el arco emiral, que levantaron para nuestra suerte. ¡Arrancamos!

El Pozo de las Truchas es una parada obligada en Ágreda. Esta preciosa cascada, situada en el Cañón del Río Val, atrae durante el año a numerosos visitantes, entusiasmados por conocer los tesoros que esconde la provincia. Pero, ¿cómo se llega hasta ella? Si viajamos desde Soria capital es necesario coger la N-122 para desembarcar en ‘La villa de las Tres Culturas’ en aproximadamente tres cuartos de hora.

Una vez allí, aparcaremos nuestro vehículo en el palacio de los Castejón. Antes de comenzar con nuestro trayecto, es recomendable apreciar esta construcción renacentista del siglo XVII que fue levantada tras la orden de Diego González de Castejón y Vinuesa, regidor de Soria y Ágreda. Situado entre el barrio de San Miguel y el árabe, este edificio, que fue restaurado en 1980, acoge actualmente numerosos servicios municipales del pueblo.

Después de apreciarlo y de coger todo lo necesario del coche para completar este recorrido de 14 kilómetros, andaremos hasta el arco emiral, punto en el que empezaremos nuestra ruta. Este arco de herradura del s. IX, que permitía la entrada a la ciudad árabe, supondrá el punto de partida de un camino que es recomendable para toda la familia (también se le conoce como la puerta del cementerio, ya que está enfrente de la colina en la que se encontraba la antigua necrópolis musulmana).

Naturaleza

Acompañados de nuestros guías de cabecera, Manolo Ciria, Ángel Campos y Feli Orden, nos dirigimos hacia la depuradora que comparten Ágreda y Ólvega. No obstante, unos metros antes nos topamos con unos huertos árabes que a día de hoy siguen cultivando los agricultores agredeños.

En ellos, se cultiva uno de los productos más demandados de la provincia, el cardo rojo. En esta época del año, los vecinos de la localidad proceden a su cubrición, levantando una pirámide de tierra para protegerlo de las heladas de la zona del Moncayo. Precisamente, es a partir de noviembre cuando el cardo rojo empieza a ser consumido -su momento de mayor auge llega durante la Navidad-.

Dejando atrás estos huertos, alcanzamos la depuradora para coger el camino de la izquierda que nos conducirá hasta el Pozo de las Truchas, siguiendo el cauce del Río Val (este nace en el parque de La Dehesa, muy cerca del campo de fútbol de La Arquilla, en el paraje conocido como Los Ojillos).

A lo largo de estos siete kilómetros observaremos una vegetación de ribera con numerosos chopos, sauces o nogales, entre otras especies. A medida que vamos avanzando, disponemos también de cadenas para agarrarnos durante la bajada en el tramo más complicado. En esos instantes, los palos de andar son también fundamentales -conviene llevarlos para completar esta actividad-.

Pasando varios puentes de madera, nos damos cuenta de que nos acercamos a nuestro destino. Siguiendo el transcurso del río, nos topamos con una correntera que es la antesala del Pozo de las Truchas. Ahí podemos descansar, al tiempo que presenciamos esta auténtica joya de la naturaleza soriana, en un merendero que cuenta con varias mesas.

Recuperados de la primera parte del recorrido, tenemos que volver sobre nuestros pasos para alcanzar de nuevo Ágreda en siete kilómetros. En esta ocasión, podemos tener la suerte de avistar aves de gran tamaño como buitres, alimoches, águilas o halcones, en un paraje que luce con luz propia durante este mes de noviembre. Las hojas por los senderos y los tonos ocres y marrones invaden todo nuestro horizonte en este recorrido agredeño. Continuando con nuestra andada, encaramos los kilómetros finales, llegando de nuevo a la depuradora. Sin embargo, en esta ocasión optamos por tomar el camino de la derecha para ver las huertas árabes desde una perspectiva distinta y para contemplar la Cueva del Moro. Este emblemático rincón de Ágreda acoge ‘La Muerte en las Tres Culturas’, acto en el que se lee la leyenda de Bécquer ‘La Cueva de la Mora’. Los organizadores de este evento se visten con ropas de época para trasladar a todos los asistentes al pasado con unas lecturas muy cuidadas.

En el tramo final de esta visita, además de apreciar las huertas árabes y la ‘Cueva del Moro’, contamos con la posibilidad de ver Ágreda al completo -esta zona también se puede vislumbrar desde el mirador que se sitúa en la carretera de Vozmediano-. En nuestro caso, no hemos tenido suerte, dado que el día que hemos elegido para llevar a cabo la ruta había niebla y no se podía ver apenas ‘La Villa de las Tres Culturas’.

De esta manera, regresamos al palacio de los Castejón después de haber andado 14 kilómetros. Historia, arquitectura y naturaleza se han dado cita en un trayecto que cuenta con otra alternativa. Las personas que estén interesadas en andar menos pueden completarlo en tan solo siete kilómetros, empleando caminos diferentes. Esta propuesta arranca en la rotonda de la carretera que va hasta Cintruénigo -con esta opción nos perdemos algunos de los atractivos de la localidad agredeña como los huertos árabes-.

Alternativas

Aunque hemos finalizado nuestro recorrido, podemos permanecer en Ágreda para conocer otros lugares. La iglesia de Nuestra Señora de la Peña es uno de ellos, ya que es la más antigua del pueblo. De estilo románico, uno de sus principales atractivos es que dispone de dos naves cubiertas por bóvedas de cañón apuntado.

La Iglesia gótica de San Miguel del s. XVI es otra de las paradas obligatorias en este viaje. Su única nave cuenta con pilastras y con unos arcos apuntados que atraen a todos los visitantes.

La iglesia de San Juan, que solo conserva de obra románica su portada; la basílica de los Milagros del s.XVI y estilo gótico-renacentista; y el también palacio renacentista de la plaza Mayor, que en la actualidad alberga el Ayuntamiento, son otros lugares en los que merece la pena invertir nuestro tiempo.

Con todo ello, cerramos nuestra visita en torno a una localidad que atesora numerosos monumentos en su interior. Nosotros nos hemos centrado en una ruta del Pozo de las Truchas que cuenta con 14 kilómetros y con un sinfín de rincones naturales únicos de la provincia de Soria.

Como sabéis, si queréis conocer más propuestas, tan solo tenéis que acceder a la sección ‘Rutas’ de nuestra web, Soria Noticias. Más de 100 aventuras te esperan para que puedas realizarlas con nuestros consejos. Además, la web ‘Soria ni te la imaginas’, de la Diputación Provincial, te muestra otros tesoros de la geografía soriana y te ofrece toda la información necesaria para perparar tu viaje y disfrutar al máximo de la provincia de Soria.

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