Este espacio es un lugar en el que los 18 miembros no solo comparten su amor por la lectura, sino que también socializan, realizan excursiones y comparten opiniones sobre su gran pasión: leer.
El club de lectura de El Burgo de Osma cumple 10 años habiéndose forjado como un espacio en el que no solo leer, sino que también se ha convertido en el lugar perfecto para compartir ideas, debatir y reflexionar. Comenzó su andadura en noviembre de 2014 con la ilusión de compartir la lectura, y una década después cuenta con 18 miembros activos y 16 personas en lista de espera, lo que muestra la alta demanda que hay por formar parte de este club que nadie quiere dejar.
El club no es solo un lugar para leer, es un espacio perfecto para interpretar y redescubrir los libros. “Lo que intentamos es que se salga de los márgenes de la lectura tradicional”, asegura Carmelo Gómez, miembro fundador y bibliotecario en El Burgo de Osma. Los libros que eligen son una invitación a descubrir obras que los propios miembros no escogerían en sus lecturas personales.
Lo que hace único a este club es tanto la selección de libros fuera de lo común, como las conversaciones que surgen a partir de ellos. Cada miembro ofrece “su perspectiva, creando un espacio enriquecedor de intercambio de ideas”. Y no solo se centran en literatura contemporánea, sino que también se sumergen en los clásicos, como lo hicieron con ‘El hereje’ de Miguel Delibes o ‘Pedro Páramo’ de Juan Rulfo. Además, estas lecturas son también el puente que les hace conocer los emplazamientos históricos de los libros, como hicieron con la visita que realizaron a Valladolid para recorrer los escenarios de la obra de Delibes.
Por otro lado, el club tiene un enfoque claro en la literatura social, aunque no deja de lado a otros géneros, aunque, eso sí, Goméz cuenta que se han alejado de la literatura negra.
Entre los autores que han aparecido en las lecturas que han realizado durante este tiempo se encuentran Alberto de la Rocha, quien compartió su visión literaria en un encuentro con los miembros, o Julio Llamazares, “que participó en una charla en el aniversario de su obra ‘Lluvia amarilla’”. Además, y para hacer este club todavía más enriquecedor y conocer otros puntos de vista, también realizan algún que otro encuentro con el club de lectura de San Esteban.
Además, como novedad, este año Gómez cuenta que “se introdujo una nueva dinámica y al finalizar cada sesión, un miembro escoge una poesía, la lee y explica su significado, sumando un toque de poesía a las lecturas que ya de por sí son todo un reto literario”.
Para celebrar sus 10 años, el club organizó una exposición en el centro San Agustín, con 12 carteles que representaban los libros leídos cada año. También visitaron el Museo del Traje de Monteagudo de las Vicarías, donde “se leyeron versiones de cuentos tradicionales, reflexionando sobre cómo la literatura se adapta a lo largo del tiempo”. Asimismo, José Ramón Vega y Tomás de Santiago estuvieron presentes en una charla en el convento de San Agustín.
El Club de Lectura de El Burgo de Osma se ha convertido en un verdadero punto de encuentro social. A través de sus lecturas y viajes, los miembros descubren no solo la literatura, sino también su comunidad. En el futuro, tienen previstas dos excursiones: “una a la exposición sobre el legado de Antonio Machado en Burgos, y otra, relacionada con el libro que elijan para junio, a una ciudad vinculada con la obra”, cuenta.