El recorrido por la historia de la provincia avanza y llega a un capítulo que todo soriano debería conocer para poder presumir de historia. Vuelve a coger el testigo el doctor Carlos de la Casa para dar una visión panorámica del yacimiento de Tiermes, el conjunto arqueológico más significativo de Castilla y León. Caminando de su mano descubrimos por qué cada piedra adquiere aquí una importancia mayúscula. La historia en mayúsculas.
Tiermes es una evolución en lengua romance del término romano Termes, por diptogación “ie” a partir de “e”. Su conjunto arqueológico es, sin duda, el más significativo de Castilla y León por dos motivos fundamentales. En primer lugar, por su amplia cronología, que abarca desde hallazgos neolíticos y un grupo de grabados rupestres de amplio encadenamiento, hasta el siglo XVI, cuando el templo de Santa María de Tiermes pasa a ser ermita, tras el abandono de la población que se establece en los núcleos de los entornos. Y, en segundo lugar, por su espectacularidad geológico-rocosa como base de las diferentes construcciones que ocupan el núcleo central del cerro termestino.
Las referencias a este yacimiento datan ya del siglo XVI y así se aprecian en las descripciones que realizan de la ciudad Ambrosio de Morales (1574) y la posterior del padre Mariana (1701). Las primeras excavaciones acontecieron en la centuria del XVII, aunque sería en el siglo XIX cuando se inició, realmente, su difusión científica gracias al informe presentado en la Real Academia de la Historia por don Nicolás Rabal. En 1975, comenzó el proyecto de investigación arqueológica de forma profunda bajo la dirección general del Dr. José Luis Argente, ‘alma mater’ de Tiermes, y un grupo de jóvenes arqueólogos como Alfredo Jimeno, José María Izquierdo y quien suscribe este artículo.
A partir del año 2007, la labor de investigación, protección y difusión llevó a la Junta de Castilla y León a convertir este parque arqueológico en un proyecto integrador de disciplinas en la concepción de un nuevo modelo metodológico de intervención, donde el paisaje natural y arquitectónico juegan un papel prioritario.
La visita al yacimiento es libre y ello permite establecer diferentes recorridos. Desde aquí vamos a proponer uno partiendo de la recientemente restaurada muralla romana, que es hoy la puerta de acceso al conjunto. Esta puede observarse desde diversos puntos del cerro, pero la parte más atractiva la tenemos en la zona norte. Siguiendo el itinerario marcado por Arribas y Pérez nos acercaremos al resto que queda de las termas, pudiéndose observar el arranque de una gran bóveda.
Un graderío, excavado en la roca, de morfología irregular y por ello adaptado al terreno, sirvió como espacio público para diferentes actividades y, desde allí, nos podemos acercar a una gran zona trabajada sobre la roca, en el extremo sureste, para contemplar la Puerta del Sol. Cerca de este acceso tenemos un conjunto de edificios, ejemplo claro de la arquitectura con base rupestre, conocido como Casas de Taracena. Se descubre un nivel inferior de sótanos al que se sobreponen dos alturas de estancias comunicadas mediante escaleras, con patio y pórtico meridional. Y cerca tenemos la Casa de las hornacinas, por sus cuatro alacenas entalladas en sus paredes.
Subiendo por la ladera sur llegaremos a una de las zonas más espectaculares, la Casa del Acueducto. Un complejo residencial romano, cuyo esquema entra dentro de la clásica ‘domus’, con varios tipos de estancias distribuidas en torno a un ‘impluvium’ (pequeño estanque porticado para recogidas de aguas). Algunas de sus paredes fueron adornadas con pinturas murales, en las que se apreciaban escenas faunísticas, vegetales y elementos arquitectónicos.
Junto a esta casa tenemos el canal sur del acueducto, línea de abastecimiento de aguas que desciende desde el oeste al este con dos ramales que rodean el conjunto de la ciudad. Un amplio tramo, aún subterráneo pero visitable, comunicaba al exterior por una serie de pozos verticales, como acceso desde el exterior para decantación. El segundo, discurre por el norte y se presenta abierto.
Otra de las zonas a destacar es la Puerta Oeste, entrada en la que se comunican las tres plataformas rupestres que conforman este extremo del cerro. Una vez se accede a la acrópolis nos encontraremos con diversos habitáculos atribuidos a la primitiva ciudadela y, entre ellos, un posible templo.
Siguiendo nuestro caminar llegaremos a los alrededores del foro romano. En él se identifican varias manzanas con diferentes edificios y viviendas. Desde ahí se accede al foro, el centro político, religioso y administrativo de la ciudad en época romana que se construyó sobre una plataforma rectangular que aterraza la pendiente de la ladera. Una serie de pasarelas permiten al visitante tener una buena visión panorámica. Bajo los pórticos oriental y meridional se encuentran el espacio de las tabernas.
Saliendo hacia el este nos encontramos con la ermita de Nuestra Señora de Tiermes. Templo románico de una sola nave, rematada con un ábside semicircular. En su frente sur hay una galería porticada. Destaca por la riqueza decorativa de sus capiteles, cuya temática abarca desde el campo de los motivos vegetales hasta el de las figuras, pudiéndose hablar de la importancia de la animalística y, dentro de ella, del mundo mítico-fantástico: centauros, sirenas, etc. En el interior de la iglesia destacan las tres esculturas en alto relieve, hasta hace poco expuestas en la galería porticada. Son piezas esbeltas y rígidas, vestidas con manto sobre túnica y decapitadas.
Ya fuera del templo y al pie del cerro se encuentra el río Tiermes y, si damos un paseo por su ribera y observamos sus cortados rocosos, podremos apreciar numerosos grabados rupestres, de amplia cronología y diversa temática. Además, si bajamos al río en dirección este, desde la zona de la muralla que da acceso al yacimiento, a unos quinientos metros, hallaremos una interesante necrópolis excavada en la roca y que uniría cronológicamente la correspondiente visigoda con la medieval del entorno de la ermita.
Esta no es única, pues debemos recordar tres importantes necrópolis, que en su día fueron excavadas y hoy se encuentran soterradas, pero que marcan momentos fundamentales de este conjunto arqueológico. La necrópolis de Carratiermes, situada aproximadamente a un kilómetro de la ermita, fue excavada por el Dr. José Luis Argente en el año 1977 y en los correspondientes a 1986-1997. Los resultados nos hablan de una cronología ininterrumpida de siete siglos (VI a C. hasta fines del I de nuestra Era), con un conjunto cerrado de 644 enterramientos.
Decir sobre la necrópolis hipanovisigoda, que las primeras investigaciones de don Narciso Sentenach (1911) no establecieron que estuviese ante un cementerio de esta cronología. En 1975, fueron exhumados restos de dos cadáveres, detectados sobre la calzada que subyace a la necrópolis medieval (junto a la ermita en su frente occidental) y en ellos se localizó material correspondiente a un ajuar de este periodo. El estudio del Dr. Dohijo sitúa este camposanto entre los siglos V-VIII. Años después se exhumaría parte de este cementerio.
Por último, la necrópolis de la ermita de Nuestra Señora de Tiermes, que fue excavada entre los años de 1975 y 1985. Los estudios y análisis realizados nos autorizan a decir que durante el periodo que va desde la centuria del XI a la del XV, las gentes que habitaron el lugar eran de raza mediterránea y robusta, que muy probablemente vivieron del pastoreo y poseían casas rupestres para ocultarse durante las continuas y permanentes racias de las huestes del Islam.
Posteriormente, y como ya hemos indicado, en la centuria del siglo XVI este lugar se convirtió en un despoblado y la iglesia pasó a ser considerada ermita.
Visitas:
- Museo Arqueológico Nacional.
- Museo Numantino en Soria.
- Museo Monográfico de Tiermes en el yacimiento.
- Ermita de Nuestra Señora del Val en Pedro.
- Castillo y conjunto histórico de Caracena.
- Conjunto etnológico de Atauta.
- Atalayas islámicas de Montejo de Tiermes y de Liceras.
- Centro de interpretación e iglesia románica de Campisabalos (Guadalajara).
ARGENTE, J.L. et alii (1988). Tiermes. Guía del yacimiento arqueológico y museo. Soria.
ARGENTE, J.L. et alii. (2001). Tiermes V. Carratiermes, necrópolis celtibérica. Valladolid.
ARRIBAS, P/PÉREZ, C. (2021). ’Conjunto Arqueológico de Tiermes’. Paseando por la arqueología soriana. Soria, págs. 118-124.
CASA, C. de la et alii (1994). Tiermes III. Excavaciones realizadas en la ciudad romana y en las necrópolis medievales. Madrid.
MARTÍNEZ, S./ALDECOA, A. I. (2009). Guía breve para visitar Tiermes. Bilbao.