La Junta destina una importante inversión para implementar tecnología avanzada que permitirá la conservación preventiva con un proyecto que forma parte de una iniciativa más amplia, financiada con fondos europeos, para digitalizar la gestión de los recursos culturales de la región.
El Consejo de Gobierno de la Junta ha recibido hoy miércoles información sobre la aprobación de un gasto superior a los 2,3 millones de euros destinados a implementar un sistema de monitorización para 101 Bienes de Interés Cultural de Castilla y León. El proyecto incluye la adquisición, configuración e instalación de sensores y actuadores que permitirán obtener datos en tiempo real sobre conservación, seguridad y eficiencia energética de estos monumentos.
La Consejería de Cultura, Turismo y Deporte impulsa esta iniciativa como parte del Proyecto KHN-Knowledge Heritage Network, financiado con fondos europeos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. El objetivo principal es transformar la gestión tradicional del patrimonio hacia un modelo digital integral, donde cobra especial relevancia la conservación preventiva.
El servicio de monitorización remota se encuadra dentro del segundo eje del proyecto KHN y tendrá una duración aproximada de 36 meses desde su formalización. Esta acción permitirá obtener información inmediata sobre diversos parámetros relacionados con el estado de conservación de los monumentos, facilitando una intervención más rápida y eficaz ante posibles problemas.
El proyecto KHN forma parte de las iniciativas RETECH-Redes Territoriales de Especialización Tecnológica del Ministerio para la Transformación Digital, y cuenta con la participación de las comunidades autónomas de Aragón y Galicia, además de Castilla y León. El presupuesto total asciende a casi 16 millones de euros, con un plazo de ejecución que se extiende hasta 2026.
La iniciativa se estructura en cuatro ejes principales: creación de una base de datos digital, implementación de un plan de monitorización remota, desarrollo de una red de SmartLabs para investigación en conservación, y aplicación de inteligencia artificial a los sistemas de gestión patrimonial. Además, contempla dos acciones transversales centradas en la gobernanza y en la comunicación.
El patrimonio cultural constituye un sector estratégico para la comunidad desde múltiples perspectivas: económica, social y cultural. La incorporación de nuevas tecnologías no solo mejorará la eficiencia en la gestión y conservación, sino que también añadirá valor económico al sector, permitiendo desarrollar contenidos pedagógicos, aplicaciones turísticas y experiencias inmersivas para los visitantes.
Esta apuesta por la digitalización del patrimonio busca también reducir la brecha entre entornos rurales y urbanos, contribuyendo a la reactivación de zonas en riesgo de despoblación mediante la capacitación digital de personas e instituciones vinculadas al sector patrimonial.