La quinta columna de Patxi Irigoyen para Soria Noticias.
No puede ser en serio, cuando se habla de vecinos y se toman decisiones desde los ayuntamientos y las diputaciones provinciales, al menos en lo que concierne a los que, habitando núcleos de población pequeños y desprotegidos, vivimos todo el año pendientes de una solución al problema puntual que se nos plantea y que presupone una actuación rápida porque se hace fácil el acceso a ella, pero que nunca llega porque la maquinaria administrativa es tan costosa de poner en marcha que, pensando que no llega a conseguir funcionar, ni siquiera inicia dicha marcha.
Hablar de la España “vaciada” y divagar sobre lo que sí llega o no llega es nuestro pan de cada día. Yo creo que los sorianos estamos más pendientes de lo fría que está la cerveza en nuestras conversaciones que de lo que nos rodea en cuanto a decisiones que para nosotros debieran ser mucho más importantes. No nos creemos nada, fruto de la continuada trayectoria de promesas recibidas, pero hemos hecho “callo” en nuestras reivindicaciones, y si de por si éramos toda la vida unos parados y unos sumisos, ahora nos hemos vuelto sordos para entender que sin exigir no conseguiremos, y mudos para no poner en entredicho a ninguno de los próceres que se llegan hasta nuestro territorio, -cada día menos-, para inaugurar, colocar el primer poste, o salvar la quema en cualquier comentario.
Me gusta cómo saben callarnos la boca. Admiro la caradura de quienes a una mala, echan en cara al partido de enfrente la poca decisión en acercar cosas hasta esta provincia, y consiguen desviar la atención de nuestra reivindicación. Mientras tanto, se consume la segunda década del siglo XXI y en Soria no somos capaces, por no serlo, ni de conseguir que alguien se dé cuenta que esta tierra sería un enorme atractivo para vivienda barata a la población necesitada, ya que si de algo podemos sacar pecho, y no hay duda, es de terrenos a urbanizar en los cientos de pueblos que no superan los cien habitaciones y a los que vendría magníficamente bien diez habitáculos para jóvenes que quieren paz, tranquilidad, y teletrabajo. Claro que, son vecinos, no votantes.