El Día Internacional de los Trabajadores sigue siendo un símbolo de reivindicaciones sociales.
Cada 1 de mayo, más de 80 países, entre los que se encuentran España, Argentina, Francia, México, Brasil, Italia, Rusia, India, Sudáfrica o Japón, conmemoran el Día Internacional de los Trabajadores, una fecha cargada de simbolismo y reivindicación social. Aunque muchos lo ven como un día festivo, detrás de esta jornada hay una historia de lucha obrera, represión y conquistas laborales que marcaron un antes y un después en los derechos de los trabajadores.
La elección del 1 de mayo no es casual. Se remonta a los sucesos de Chicago en 1886, cuando miles de trabajadores iniciaron una huelga para exigir la jornada laboral de ocho horas. Durante aquellos días, la ciudad fue escenario de intensas protestas que culminaron en la tristemente célebre revuelta de Haymarket, donde una bomba explotó en medio de una manifestación, provocando muertos y heridos, tanto entre la policía como entre los manifestantes.
A raíz de estos hechos, varios líderes sindicales fueron arrestados y ejecutados en juicios que más tarde serían considerados profundamente injustos. En honor a estos “Mártires de Chicago”, en 1889 el Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional estableció el 1 de mayo como jornada de lucha internacional.
En España, el 1 de mayo se ha establecido como festivo nacional desde 1931, aunque su reconocimiento oficial ha tenido altibajos, especialmente durante la dictadura franquista, cuando la celebración fue prohibida y sustituida por el “Día de la Exaltación del Trabajo”. Tras la transición democrática, la festividad recuperó su carácter reivindicativo.
Hoy en día, sindicatos como CCOO y UGT organizan manifestaciones y concentraciones en todas las ciudades del país, donde se mezclan demandas actuales, como la mejora de salarios, la reducción de la jornada laboral o la lucha contra la precariedad, con el recuerdo de las conquistas del pasado.