David Alcalde Cámara, conocido como David Espejón, aunque pasó toda su infancia en la capital soriana, siempre ha mantenido un fuerte vínculo con su pequeño pueblo, Espejón, situado en la comarca de Pinares y donde actualmente reside de forma permanente. Desde muy joven mostró un profundo interés por el mundo taurino y, junto a sus amigos de la infancia, Javier y Aitor, pasaba largas tardes practicando y soñando con lo que hoy está a punto de hacer realidad.
Lo que para muchos podría parecer una locura, para David siempre ha sido un sueño por alcanzar: “Siempre lo he vivido desde niño, y siempre decía que algún día tenía que estar ahí”. Aunque en años anteriores no fue posible hacerlo realidad, este año, al ver que el tiempo se le echaba encima, tomó la decisión de prepararse a fondo para poder cumplir, por fin, su gran sueño.
El camino no ha sido nada fácil. Para poder cumplir su sueño, David ha tenido que enfrentarse a un proceso de preparación tanto física como mental. “Lo primero fue la preparación física. En enero pesaba 92 kilos y ahora estoy en 78. Son 14 kilos menos, y mi cuerpo lo ha notado muchísimo”, explica con orgullo. Ese esfuerzo no solo se reflejó en el físico, sino también en su estado anímico: “Mentalmente también lo notas. En cualquier tarea o esfuerzo físico te sientes más ligero, con más energía. Salir a correr, coger la bici… al principio cuesta mucho, pero luego es de lo más gratificante”.
La andadura comenzó en diciembre, cuando David tomó la decisión firme de ir a por todas. Para ello, tuvo que seguir una serie de pasos imprescindibles: “Lo primero, y obligatorio, es sacarse el carné para torear”, explica. Sin embargo, ese solo fue el primer paso, ya que para poder salir en el cartel de la corrida es necesario también contar con una cuadrilla.
Afortunadamente, esa parte fue más sencilla de lo esperado. “Ha sido fácil conseguirla. Los pocos contactos que tenía han sido suficientes”, comenta David a Soria Noticias. Junto a él, cumplirán este sueño tres compañeros que forman parte fundamental de su camino: Roberto Martín “Jarocho”, banderillero lidiador de la localidad burgalesa de Huerta de Rey; Sergio Fraile “El Chapitas”, banderillero tercero de San Leonardo de Yagüe (Soria); y Rubén Blázquez, banderillero lidiador salmantino. “Gracias a ellos voy mucho más seguro ese día. No solo estoy muy agradecido de que me acompañen en este sueño, sino que además me siento muy respaldado”, asegura David, con palabras de reconocimiento hacia quienes le acompañarán en su debut.
David se muestra profundamente agradecido. “Gracias de corazón”, afirma, refiriéndose a todas las personas que le han apoyado desde el primer día. Menciona con especial cariño a sus amigos, quienes le animaron a seguir adelante desde el inicio del proceso. “Aitor, Javier y ‘El Chapitas’ han estado entrenando conmigo casi a diario, hiciera sol o lloviera. Han sido un pilar fundamental para mí”. También destaca el apoyo recibido por parte de “Jarocho” y el resto de su cuadrilla, con quienes compartirá ese día tan importante. “No solo me han acompañado, sino que me han dado confianza y seguridad para afrontar este reto”, concluye con gratitud.
Y aunque será la primera vez que David se enfrente a la lidia de un novillo, tiene muy claro lo que quiere transmitir en el ruedo. “Me gustaría que el público viera una imagen de tranquilidad, de un torero asentado. Que se note que he estado firme, que esto no me ha venido grande. Quiero que se vea que la preparación ha dado sus frutos y que he conseguido una imagen de solvencia”, afirma con convicción.
Su objetivo es claro: “La puerta grande se consigue con firmeza, con confianza en uno mismo y con la sensación de haber llegado en el mejor momento. Quiero ser capaz de solventar una situación con la dignidad de alguien que ha estado a la altura, aunque no haya pasado por una escuela taurina. Que se vea que un chaval de Soria, sin más recursos que su esfuerzo, también puede estar ahí y hacerlo bien”, afirma a Soria Noticias. David reconoce que el hecho de ser de la tierra añade una carga especial a esta cita tan esperada. “La presión de ser de aquí supone una responsabilidad añadida, pero al mismo tiempo es un gran honor y, sobre todo, una emoción enorme para mí”, afirma.
La presentación oficial de los carteles fue un momento cargado de significado: “Sentí una ilusión y emoción enormes. Había personas que ya podían intuirlo y muchas otras que ni siquiera lo imaginaban. La emoción de quienes me conocen y saben que este siempre ha sido mi sueño es indescriptible… Y saber que por fin lo voy a cumplir también conmueve profundamente a todos los que me han acompañado a lo largo de toda mi vida”, manifiesta David visiblemente emocionado.
Una vez más, David no olvida a quienes han estado con él desde el principio: “Sobre todo tengo que dar las gracias a mis amigos que me han empujado desde el primer día e incluso se han prestado a ayudarme económicamente para poder subsanar gastos. Pero, sobre todo, a Aitor y Javier, con quienes he compartido el gusanillo taurino desde que éramos niños, y también a ‘Chapitas’, quien ha entrenado conmigo casi todas las tardes, lloviera o hiciera sol. Y también a ‘Jarocho’, tanto padre como hijo, por estar ahí. Sin ellos, este camino habría sido mucho más difícil”. De igual manera, también afirma que su madre y su abuela paterna son quienes peor lo están pasando. “Mi madre me llama y me dice que la tengo en un sinvivir. Sabe que es mi sueño, pero claro, no lo está pasando bien”, confiesa a Soria Noticias.
En cualquiera de los casos, David está a punto de cumplir el sueño de su vida: torear en su tierra, ante su gente, con el respaldo incondicional de familiares y amigos que han estado a su lado desde el primer momento. Será un día lleno de emoción, de recuerdos, de lucha y de orgullo. Porque más allá del resultado, David ya ha triunfado: ha llegado hasta aquí con esfuerzo, con corazón y con la certeza de que los sueños, cuando se persiguen con alma, terminan por cumplirse. Y lo hará donde siempre lo imaginó, rodeado de quienes siempre creyeron en él y en el lugar que le vio nacer, Soria.