La creatividad inspirada en el mundo rural es nuevamente reconocida en Sarnago. Un jurado experto selecciona las piezas más destacadas que capturan la esencia de las Tierras Altas y el legado de su reconocido escritor.
La Asociación de Amigos de Sarnago ha comunicado el fallo del jurado del II Concurso Literario Abel Hernández. Este certamen, que rinde homenaje al reconocido escritor soriano oriundo de este pueblo de las Tierras Altas, se consolida como un referente para la comprensión del desarraigo rural y la belleza del silencio habitado. La iniciativa nació con la vocación de dar voz a quienes, mediante la palabra escrita, desean contribuir a preservar la memoria, la identidad y la dignidad de nuestros territorios rurales.
En esta segunda edición, que tuvo como detonante creativo una fotografía simbólica, la participación ha sido algo menor que en la anterior, tal como se preveía por la complejidad interpretativa de la imagen. No obstante, los textos recibidos han destacado por su gran nivel literario, emocional y simbólico, según la organización.
El jurado ha estado compuesto por cinco personas vinculadas a la literatura, el territorio y la cultura: Abel Hernández, José Javier Alfaro, María del Mar del Rincón, Mercedes Álvarez y David Martínez (en representación de la Mancomunidad de Tierras Altas). Todos ellos han coincidido en valorar especialmente la sensibilidad narrativa, el uso de recursos simbólicos y la fidelidad al espíritu del certamen que han demostrado los relatos seleccionados.
El máximo galardón de esta edición ha recaído en la obra 'Donde brota la vida', escrita por Marcos Izquierdo Vallejo. Este reconocimiento destaca la calidad y la conexión de su relato con los valores promovidos por el concurso.
Además del premio principal, se han concedido los siguientes reconocimientos:
Primer Accésit: 'Rebrotando' – Javier Hernández Ruiz.
Narrado desde la voz milenaria de un arce, el relato recorre siglos de historia, rituales y transformaciones de las Tierras Altas, desde los celtíberos hasta nuestros días. Una propuesta original, profunda y poética, que defiende con sabiduría la continuidad de la vida rural y la memoria del paisaje como legado común. Una pieza de gran madurez narrativa y conciencia ecológica.
Segundo Accésit: 'No me quiso esperar' – María Elena Rueda Monago.
Una historia íntima que entrelaza la pérdida de la memoria personal con el olvido de la memoria colectiva. A través de la relación entre una nieta y su abuelo enfermo de Alzheimer, el relato nos habla del éxodo, del arraigo perdido y de la necesidad de mantener viva la tradición. Emotivo y contenido, rinde homenaje a quienes resistieron y a quienes no quieren olvidar.
Premio Especial de la Mancomunidad de Tierras Altas: 'Regreso a Sarnago' – Marcos Izquierdo Vallejo.
Un texto poético y muy original, donde es el propio ramo de la fiesta tradicional quien narra lo que vive desde que es cortado hasta que se introduce por la ventana del Ayuntamiento. El relato logra captar el espíritu festivo y el alma de Sarnago, mezclando la tradición con una visión casi cinematográfica del rito. Una metáfora del renacer y de la unidad comunitaria.
La Asociación de Amigos de Sarnago recuerda que, tal y como figuraba en las bases, las obras premiadas y seleccionadas podrán ser incluidas en un libro recopilatorio. Esta publicación se editará próximamente con fines culturales y de divulgación, siguiendo el ejemplo de la primera edición del certamen.
El presidente de la Asociación, José María Carrascosa, ha subrayado que “el concurso confirma, una vez más, que la palabra sigue siendo una herramienta poderosa para mantener vivos los pueblos, sus paisajes, su historia y su voz. La literatura puede ser una forma de resistencia, de reconstrucción y de afecto compartido”.
El Concurso Literario Abel Hernández se enmarca dentro de las actividades culturales que cada año organiza la Asociación Amigos de Sarnago. Esta entidad está comprometida con la recuperación patrimonial, la dinamización rural y el fomento de la identidad colectiva en las Tierras Altas de Soria. Desde encuentros literarios hasta jornadas de memoria, pasando por el proyecto del Refugio de Sarnago, la asociación mantiene vivo un territorio que lucha contra la despoblación desde la cultura, el afecto y la cooperación.