Hablamos con Jonatan Vicente, coordinador de la unidad de Alergología del Hospital Santa Bárbara, quien ofrece pautas para reaccionar en caso de sufrir una picadura.
Con la llegada de la primavera y el buen tiempo, no solo aumentan las alergias al polen. Jonatan Vicente, coordinador de la unidad de Alergología del Hospital Santa Bárbara, recuerda que también hay que estar muy atentos a las picaduras de abejas y avispas, especialmente si vamos al monte, como por ejemplo para celebrar los presanjuanes en Valonsadero. "Además de la alergia ambiental, no hay que olvidarse de las picaduras", comenta.
En personas alérgicas, una picadura puede conllevar una reacción grave. Por eso, recomienda que "quienes ya saben que son alérgicos, lleven siempre consigo la adrenalina autoinyectable". Aun así, en caso de tener que pincharse, también deberán acudir al médico.
En caso de que se desconozca que se tiene dicha alergia, y se produzca una picadura, hay que estar alerta con los síntomas que se empiezan a notar: "si la persona comienza a notar una cierta dificultad para respirar, mareo o picor en zonas alejadas del punto de la picadura que se extiende al resto del cuerpo, podría tratarse de una reacción anafiláctica". En esos casos, es fundamental acudir de inmediato en busca de ayuda médica. En los presanjuanes estará el puesto de la Cruz Roja al que se puede acudir. En caso de no tener un puesto cerca, habrá que acudir al hospital más cercano. "Una anafilaxia puede derivar en parada cardíaca y ser mortal si no se trata a tiempo".
Por el contrario, para quienes no son alérgicos, una picadura no suele ser peligrosa. "En esos casos, basta con aplicar frío local o corticoide tópico si hay hinchazón".
Con todo esto, advierte que estos días el campo está en su máximo esplendor, lleno de flores, lo que también aumenta la presencia de insectos. Por eso, Vicente recomienda extremar la precaución, y llevar la medicación necesaria.