Sandra tiene muchas ganas de poner el cachirulo a su toro el Viernes ‘de Toros’, mientras que Pablo sueña con ver cómo lidian a su novillo. En sus primeros meses en el cargo, esta pareja soriana se ha esforzado, junto a sus colaboradores, por decorar un local del que se sientan orgullosos todos sus vecinos.
El destino de Sandra Romero y Pablo García era ser jurados de las fiestas de San Juan desde que hace 15 años se conocieron en Valonsadero “en una tarde de Lavalenguas con recuerdos difusos”. Tras intentarlo por primera vez antes de la pandemia, volvieron a la carga el último Martes ‘a Escuela’ después de que “nos picara el gusanillo” el año pasado durante un 2024 en el que estuvieron de colaboradores en una cuadrilla.
Aunque tenían varias opciones (Santiago y La Blanca por fuertes vínculos familiares), tuvieron la suerte de salir en el sorteo en El Rosel y San Blas, cuadrilla de la que son vecinos: “Era nuestra primera opción”.
Los alcaldes de este barrio vivieron un Catapán que “superó todas las expectativas”. Dejando a un lado los nervios, disfrutaron de un día en el que la ciudad, entera, responde, echándose a la calle: “Las botas no daban abasto y nos quedamos sin bacalao”. Recordando cómo se sintieron al recibir el apoyo de centenares de personas, incluidas personas que no veían hace años, no ven el momento de que llegue San Juan.
De cara a esas fechas, ambos coinciden en que tienen muchas ganas del Viernes ‘de Toros’. Mientras que Sandra guarda especial ilusión por poner el cachirulo a su toro, Pablo sueña con ver cómo lidian a su novillo. Junto a ese día, también aparece un Lunes ‘de Bailas’ en el que va a ser muy emotivo el momento en el que den la vuelta al barrio con San Blas. “Se nos ponen los pelos de punta solo de pensarlo”, afirman.
La cuadrilla está haciendo un enorme esfuerzo por alcanzar “o incluso superar” los 885 vecinos que entraron el pasado año en fiestas. No obstante, no está siendo una tarea nada fácil, “ya que hay numerosas personas que ponen excusas que podrían ahorrarse”. Ante esa situación, los jurados se muestran abiertos a explicar a la gente de fuera y a los estudiantes en qué consisten estos días y la importancia de que los vecinos colaboren: “Son los más importantes de los festejos”.
Además de recorrer las casas del vecindario, también se han centrado en decorar un local en el que se ven representados los diferentes días, lugares emblemáticos como la Soledad o el árbol de la música o las peñas (son integrantes de La Ilusión). A ello, hay que sumarle unas 50 botas “que nos han entregado los colaboradores con mucho cariño”. Entre sus favoritas, una en la que salen inmortalizados ellos u otra en la que se recogen diferentes momentos del Catapán: “Nos quedaríamos con 49 de las 50 que hemos recibido. La única con las que no nos quedaríamos es con la que hice yo”.
Otra de las cosas que no faltará en el barrio será la música. En esta ocasión, la charanga ‘Patxarán’ será la encargada de animar a todos los vecinos: “Suenan muy bien. Animamos a todos a que se unan a las dianas”.
De esta manera, con todo preparado, los jurados de El Rosel y San Blas, esperan con emoción unos días “en los que se desborda la alegría”. Significando tanto para ambos, gracias a sus familias, descuentan las horas para que comiencen las fiestas de 2025.