Un total de 27 profesionales de la educación en Soria son homenajeados este viernes por su jubilación este curso, en un acto que ha reconocido su dedicación y que puede tener su prolongación como profesores honoríficos.
Este viernes ha sido un día señalado para la comunidad educativa soriana por el cual se ha marcado el "hasta luego" a una generación de docentes, 27, que han alcanzado la jubilación este curso. Entre ellos, Fernando Santamaría y Begoña Hernando, quienes entre los dos suman más de siete décadas de experiencia en las aulas. Durante el acto de entrega de diplomas de jubilación han compartido sus vivencias y reflexiones sobre sus trayectorias profesionales. Hablan de la evolución de la enseñanza en Soria y también del horizonte al que se enfrenta el sistema educativo.
El acto de reconocimiento no se ha planteado como una despedida definitiva, sino como una invitación a que estos veteranos docentes sigan vinculados a la profesión ya que saben que pueden continuar aportando su sabiduría como profesores honoríficos o colaboradores, una vía para que su vasto conocimiento y su rica experiencia no queden en el olvido y sean, de alguna manera, aprovechados. Las reflexiones de Santamaría y Hernando adquieren un significado especial en el cierre de una etapa, vital y profesional, y al mismo tiempo, abrir la puerta para seguir contribuyendo al mundo de la educación.
Santamaría ha dedicado 35 años a la transmisión del conocimiento, una carrera ejercida principalmente como profesor de Biología en Soria, donde ha impartido clases desde 2001. Una parte muy significativa de su trayectoria profesional, concretamente 17 años, la ha consagrado a la compleja labor de los equipos directivos, desempeñando roles de responsabilidad como jefe de estudios adjunto, jefe de estudios titular y secretario. Ante los medios de comunicación ha lanzado una llamada de atención acerca de las necesidades de estos equipos. Ha pedido apoyo a estos grupos "porque cada vez tenemos muchas más labores y creo que nos tienen que mimar un poco: hay una falta de renovación en los equipos directivos que es importante", ha señalado con preocupación.
A lo largo de su camino por la enseñanza, Santamaría ha sido un testigo de la transformación del alumnado, de sus cambiantes intereses y de la creciente complejidad del entorno social. Ha descrito el tiempo actual como "muy convulso de cambios", una realidad que exige una adaptación constante por parte del profesorado. Uno de los retos más recientes y significativos que ha debido enfrentar en sus aulas ha sido la irrupción de la inteligencia artificial. "Este año he corregido muchísimos trabajos a ChatGPT", ha confesado sobre una herramienta que, según sus palabras, "hace que empecemos a cambiar y necesitamos una nueva formación para enfocar este nuevo reto". De cara a su nueva etapa, ha manifestado que la posibilidad de ser profesor honorífico es algo a considerar, viéndolo como "una manera de contactar y mantener el contacto con los compañeros", y ha valorado enormemente el aprendizaje continuo que se deriva del intercambio profesional.
Por su parte, Hernando ha acumulado 37 años de dedicación docente, una extensa y rica trayectoria que la ha llevado a recorrer la provincia de Soria, dejando su huella en diversos destinos en pueblos. Ha destacado con especial cariño y convicción su labor desarrollada en el mundo rural, una experiencia que ha calificado como "muy gratificante".
Para la experimentada docente, "poner en valor toda la zona rural es importantísimo", una afirmación que cobra marcada resonancia en una provincia como Soria. Con conocimiento de causa, ha subrayado una realidad observada a lo largo de su carrera profesional: "Hemos visto a lo largo de los años que las escuelas rurales que han desaparecido han conllevado la práctica desaparición casi del pueblo".
A pesar de un periplo que ha descrito como lleno de aspectos muy positivos y en el que siempre ha contado con el apoyo de la Dirección Provincial y de sus compañeros, la maestra también ha percibido cambios significativos en el alumnado, especialmente en las etapas de Educación Infantil y Primaria, donde ha centrado gran parte de su labor. Con una mezcla de preocupación y realismo, ha señalado que ciertos aspectos fundamentales han experimentado cierto declive. "Valores como el respeto han ido en decadencia", ha observado.
En este punto ha propuesto como uno de los retos del sistema que apremian es "hacer que haya más unión entre las familias y los centros educativos, porque la educación no puede ir desligada de ninguna de las maneras". Esta colaboración estrecha se antoja, según su visión, de gran importancia para intentar revertir esta tendencia y fortalecer el tejido social y educativo.
Las trayectorias de Fernando Santamaría y Begoña Hernando resumen un elocuente testimonio del compromiso, la dedicación y la vocación que han caracterizado a generaciones de docentes en la provincia de Soria. Sus reflexiones, nacidas de décadas de experiencia directa en las aulas, en los despachos de dirección y en el contacto diario con alumnos y familias, ofrecen una valiosa hoja de ruta sobre los desafíos pasados, presentes y futuros de la enseñanza. Desde la necesaria adaptación a las nuevas tecnologías como el ChatGPT hasta la imperiosa necesidad de reforzar los valores cívicos y el tejido social de la escuela rural, sus palabras resuenan con una mezcla de sabiduría, experiencia y pertinencia.
Aunque han llegado al umbral de la jubilación, su "hasta luego", seguro que compartido con los otros 25 cesantes por edad, deja la puerta abierta a que su legado pedagógico y humano continúe enriqueciendo a sus compañeros en ejercicio. La huella de todos estos maestros perdurará en las aulas y en las vidas de los numerosos alumnos que han pasado por sus manos.