El Burgo de Osma ha revivido este domingo, 22 de junio, con especial intensidad y colorido, la solemnidad y la belleza de la festividad del Corpus Christi, una celebración que cada año transforma sus históricas calles en un auténtico escenario de fe, arte efímero y profunda tradición. Vecinos y numerosos visitantes han sido testigos privilegiados de una jornada donde el vibrante color de las alfombras florales, la majestuosidad de los altares cuidadosamente preparados y la devoción palpable de los participantes se han erigido como los grandes protagonistas. Esta galería de imágenes que acompaña estas líneas pretende ser un fiel reflejo de los momentos más emotivos y visualmente impactantes de una celebración que sigue latiendo con una fuerza arrolladora en el corazón de la villa episcopal, mostrando el esmero, la dedicación y el fervor popular con el que se vive y se prepara cada detalle de esta arraigada costumbre. Desde la solemne procesión, con la custodia como epicentro, hasta los minuciosos adornos que engalanan cada rincón del recorrido, cada fotografía busca capturar la esencia única e irrepetible de un día marcado en rojo en el calendario burgense.