San Pedro Manrique volvió a encender su tradición más emblemática con el impresionante Paso del Fuego, celebrado en la mágica noche de San Juan. El calor de las ascuas, la emoción contenida y el silencio expectante del público llenaron el anfiteatro natural junto a la ermita de la Virgen de la Peña. En total, 24 valientes sampedranos cruzaron descalzos el manto de brasas, mientras las móndidas, con sus cestos florales, daban color y solemnidad a un ritual que no se repite en ningún otro lugar del mundo. La emoción fue compartida por cientos de personas que abarrotaron el recinto y dejaron que la tradición les calara hasta los huesos.