NOTICIAS DE SAN PEDRO MANRIQUE
Actualizado 24/06/2025 07:44:28
Adriana Ovejero

Como cada año, San Pedro se convierte en el centro de todas las miradas para ver el Paso del Fuego, un rito ancestral que transforma la noche de San Juan en un espectáculo de emoción, tradición y valor.

El origen del Paso del Fuego sigue envuelto en un halo de misterio y leyenda. Hay quienes remontan sus raíces a antiguas tradiciones celtíberas, donde el fuego purificaba cuerpo y alma. Otros lo ven como un rito de paso hacia la madurez, un símbolo de valentía y conexión con la tierra. Sea cual sea su génesis, lo cierto es que, siglo tras siglo, San Pedro Manrique mantiene viva una de las ceremonias más singulares del mundo, donde las brasas no solo queman, también unen, conmueven y trascienden.

Cada año, este pueblo de Tierras Altas se convierte en el centro de todas las miradas. Vecinos y visitantes se congregan en el anfiteatro de la Virgen de la Peña, expectantes ante el momento en que los pasadores descalzos desafían el fuego con pasos firmes y decididos. Bajo la atenta mirada de las móndidas y el silencio profundo de todos los presentes, el Paso del Fuego vuelve a encender la emoción en la noche más mágica del año.

Declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional, esta tradición tiene un carácter único y profundamente arraigado en la identidad de los sampedranos. Solo aquellos nacidos en San Pedro Manrique pueden atravesar las brasas. Es un privilegio reservado a quienes el pueblo reconoce como parte esencial de sí mismo, lo que realza la fuerza íntima y exclusiva de este rito milenario.

La preparación comienza antes de que el reloj marque la medianoche. Desde última hora de la tarde, a las nueve, dos toneladas de leña de roble, cuidadosamente almacenada y secada durante el año, se convierten en la hoguera que alumbrará la noche. Durante horas, un grupo de hurgoneros trabaja sin descanso, nivelando con precisión la alfombra de brasas para que sea segura y firme. A las doce en punto, tras el sonido solemne de tres toques de trompeta, un silencio sepulcral invade el lugar, señalando el inicio del rito.

Como manda la tradición, este año fueron Elena Hernández Cabriada, Paula Torregrosa Pérez y Paula Sánchez Espuelas las móndidas que abrieron el paso. Vestidas con sus blusas blancas, faldas de colores elegidos y flores en el pelo, subieron a hombros de sus pasadores con la mezcla de nervios y orgullo que solo esta ceremonia puede despertar. Avanzaron con pasos lentos y seguros sobre las brasas, sin tocarlas, mientras el anfiteatro contenía la respiración. Fue el inicio de una noche cargada de historia y emoción.

"Es el sueño de toda una vida", confesaba Elena entre lágrimas de emoción. Su falda, distinta a las demás, hablaba de tradiciones familiares que se han transmitido generación tras generación. Para Paula Sánchez, debutante en esta edición, la experiencia era un orgullo inmenso, "continuar con la tradición de mi pueblo es algo que llevaré siempre en el corazón". Paula Torregrosa, emocionada, compartía cómo había soñado con este momento desde niña, rodeada de familia y amigos orgullosos.

Otro de los verdaderos protagonistas de la noche son los pasadores. Son ellos quienes sostienen a las móndidas, quienes pisan el fuego y llevan sobre sus hombros no solo cuerpos, sino generaciones enteras de historia y valentía. "Es un orgullo que no se puede explicar", decía Martínez, veterano pasador que vivió la ceremonia con un pensamiento especial: "He cruzado a mi mujer, que hace quince días dio a luz a nuestro segundo hijo, y pensé en una amiga que está pasando por momentos difíciles. Fue muy especial." Para Alberto Hernández, otro de los pasadores, "esto se lleva en la sangre, en la familia. Cruzar por segunda vez es una descarga brutal de adrenalina, pura tradición y emoción."

Y aunque la noche comenzó con lluvia, "no hay 'nublao' que lo pare", decía uno de los preparadores entre risas. Porque cuando llega la Noche de San Juan a San Pedro Manrique, lo que arde no son solo las brasas, sino los sentimientos. Hay quien lanza papeles al fuego: deseos, promesas, secretos. Pero lo que nunca se quema es la tradición. Solo queda emoción, orgullo y piel erizada. Pura identidad sampedrana.

Etiquetas

Leer comentarios
  1. >SoriaNoticias
  2. >Noticias de San Pedro Manrique
  3. >Fuego, tradición y devoción en la noche más mágica de San Pedro Manrique