Caliente subasta en la cuadrilla florida, con pujas constatadas para otras piezas que llegan a subir a los 1.350. En El Salvador, la subastadora es también la autora de la decoración para una unidad que llega a los 1.300 euros.
Toca pujar en Sanjuanes y actualizar también, en estas líneas, el transcurso de este 'mercado' tradicional y festero. Y de qué manera.
El resumen, siempre según van llegando datos a esta redacción, en El Rosel y San Blas se han logrado 2.200 euros por una la bota, cuantía algo mayor que otra pieza por la que se ha llegado a los 1.350. Añadir otra unidad más, con la que la cuadrilla se embolsa 1.000 euros. Decir que la primera de las tres lleva aparejada una historia. La pandemia, en 2020, impidió que la bota en cuestión saliera al mercado. La secretaria, con las restricciones y las precauciones establecidas dejó esta pieza colgada en la puerta del domicilio de los jurados que pretendían serlo esas fiestas. Añejo testimonio que cuando menos, resulta conmovedor. Esta es la bota por sus dos caras:
No menos importante ha sido la inmediata la crónica de los primeros resultados de este trepidante recorrido por las cuadrillas, como así quedaba reseñado mediado el 'agés' de este sábado, la subasta de una bota ha llegado al precio de 1.300 euros. Ha sido en la cuadrilla de El Salvador, donde precisamente, la autora de la decoración, Cristina Ruiz, ha subido al escenario para subastar esta unidad.
Sin ocultar su gozo, ha descrito que se inspiró "en el hogar sanjuanero" con ropa en un tendedero una vez limpiadas las prendas del vino que se dispensa durante las fiestas y para volver a vestirse con la misma indumentaria cada día. En el progreso de la puja, Ruiz ha indicado el "subidón" que estaba sintiendo al ver cómo el precio iba aumentando. Satisfacción plena, no solo por haber sido en una cuadrilla "de gente a la que quiero, de amigos" y también para ayudar en las cuentas de la alcaldía de barrio.
El ya propietario, Alberto Santamaría, presidente de la Cámara de Comercio, tampoco ha escondido su alegría después de la transacción. "Sobre todo para que las fiestas sigan adelante" ha comentado. Y a mayores por la bota en sí, por su significado, porque es una pieza única "y había que ir a por ella".
Resumiendo, Santamaría ha aplaudido que las subastas del Sábado Agés suponen "la expresión básica de la oferta y la demanda y, al final, el mercado pone su precio".
También ha habido aprecio a otras botas, como en Santa Bárbara, donde el toma y daca se quedaba en los 890 euros:
... y en El Rosel y San Blas, donde la puja se ha quedado en los 580:
Y lo menos habitual, la boina del subastador Quirico en la cuadrilla de Santo Tomé, San Clemente y San Martín, cuyos secretarios se hacían, por 200, con esta prenda: