Ver galería


CAPITAL
Actualizado 03/07/2025 12:56:17
Encarna Muñoz

Esta mañana se ha inaugurado en el Centro Cultural Gaya Nuño la primera exposición del Centro Nacional de Fotografía, que trabaja ya en Soria a la espera de la inauguración de la sede oficial en el Banco de España. 'La elocuencia de la imagen: Català-Roca en América' permite conocer a un referente indiscutible del patrimonio fotográfico español. Una invitación a la reflexión sin etiquetas y de la mano de las vanguardias.

Índice


El Centro Nacional de Fotografía ha dejado de ser una promesa para convertirse en una realidad tangible que ha comenzado su andadura en Soria. Y lo ha hecho con una declaración de intenciones: la inauguración de la exposición «La elocuencia de la imagen: Català-Roca en América», un viaje a través de la mirada de uno de los fotógrafos más influyentes de España. Aunque la sede definitiva en el antiguo Banco de España se prepara para una reforma integral de doce meses que comenzará este mes de julio, el Centro Cultural Gaya Nuño ha acogido este primer y emocionante paso, consolidando a la ciudad como el epicentro de un nuevo capítulo para el arte fotográfico en el país.

La presentación de la muestra ha contado con la presencia de Mónica Carabias, directora del Centro Nacional de Fotografía, quien ha calificado el momento de «emocionante e ilusionante». Para Carabias, esta exposición no solo marca el inicio de las actividades públicas del centro, sino que también sella una «colaboración estratégica fundamental» con el Ayuntamiento de Soria. «Es verdad que el Centro Nacional de Fotografía ya está andando desde que se creó en 2023, pero esta es la primera exposición que se realiza aquí en Soria», ha señalado, destacando la importancia de arrancar con una figura de la talla de Francesc Català-Roca, el primer galardonado con el Premio Nacional de Fotografía en 1983 y un referente indiscutible del patrimonio fotográfico español.

Andreu Català, hijo del fotógrafo, ha asistido a la inauguración y ha ofrecido una perspectiva única y profunda no solo sobre la obra de su padre, sino sobre la naturaleza misma de la fotografía. Con una afirmación rotunda, ha situado a Soria en el mapa cultural: «Soria pasa a ser el kilómetro 0 de una revolución que comienza ahora». Para Andreu, la fotografía, con sus apenas 185 años de historia, es un arte joven cuyo impacto aún estamos descubriendo. «El hecho de dominar la fotografía abre un mundo fascinante que nos permite traer pasados, presentes que han pasado y proyectarlos hacia el futuro», ha reflexionado, subrayando el papel crucial que jugará el nuevo centro en esta tarea de comprensión y difusión.

La captura de lo original

La exposición se centra en el trabajo que Català-Roca realizó en América por encargo de la editorial Lumen, un legado que captura un mundo «sin globalizar», como ha descrito su hijo. Un mundo donde no se ven camisetas de equipos de fútbol ni zapatillas de marcas comerciales. Andreu ha revelado la magnitud del archivo de su padre, con cerca de 200.000 imágenes, y su meticuloso método de trabajo. «No tiraba 20 fotos, él tiraba una foto. Cada vez que disparaba, eso valía como un bistec», ha explicado, evocando una época en la que cada disparo era una decisión meditada y costosa. Su misión era rescatar un mundo que intuía que iba a cambiar rápidamente, del mismo modo que había documentado la España de los años 50 y 60, sintiéndose como si viajara a la Edad Media.

Uno de los aspectos más fascinantes de la obra tardía de Català-Roca es su transición al color, una decisión que tomó en 1973. Esta evolución no fue solo artística, sino también técnica. Català-Roca insistió en trabajar con negativos de color en lugar de diapositivas, una condición que le permitía conservar el control total sobre el resultado final, desde el reencuadre hasta el ajuste de tonalidades. Era un trabajo laborioso, pero garantizaba la preservación y la integridad de su visión, un testimonio de su compromiso con el oficio.

Mónica Carabias ha añadido que, aunque se trataba de una fotografía de encargo profesional, el genio de Català-Roca trascendía las directrices editoriales. «Ajustaba la fotografía a lo que le pedía la editorial, pero luego arrojaba esa mirada, creaba este retrato que estamos viendo aquí tan variado y tan rico, pues ya sin ningún tipo de parámetros, realmente los suyos, los creativos», ha matizado la directora. Esta dualidad entre el encargo y la expresión personal es lo que define la maestría del fotógrafo, cuya herencia vanguardista, según ha recordado su hijo, se remonta a las enseñanzas de su abuelo, Català-Pic, y a las influencias de la Bauhaus y la Nueva Objetividad que se truncaron con la Guerra Civil.

Etiquetas

Leer comentarios
  1. >SoriaNoticias
  2. >Capital
  3. >"El futuro ya es presente": el Centro Nacional de Fotografía comienza a andar de la mano de Català-Roca