Realizamos un viaje por algunos puntos de la provincia en busca de algunos de los bancos con las mejores vistas. Aunque sabemos que hay muchos en Soria, aquí te dejamos algunas ideas para disfrutar durante el fin de semana.
Poder disfrutar de la naturaleza es una de las experiencias más gratificantes y relajantes que podemos vivir. Además, según algunos estudios, también es beneficioso para la salud. Es normal que a menudo acudamos siempre a los mismos parajes, ya sea por costumbre o porque ese lugar se ha convertido en nuestro refugio de paz y tranquilidad. Sin embargo, también es bonito descubrir nuevas zonas y, si la recompensa es un paisaje de ensueño, mucho mejor. Hoy te proponemos un recorrido por cinco bancos situados en enclaves privilegiados desde los que contemplar la provincia con otros ojos.
Nuestra primera parada en este viaje es Molinos de Razón, a algo menos de media hora de la capital. Con las altas temperaturas de estos días, la sombra es un tesoro, y eso es precisamente lo que hemos encontrado. Bajo el soportal de la iglesia del pueblo hay un banco con vistas al maravilloso valle de la Mantequilla, un rincón perfecto para descansar y dejarse llevar por el paisaje.
Este pequeño pueblo, situado en una hoz del río Jalón y con apenas 40 habitantes, es ideal para encontrar la paz en cualquiera de los bancos que salpican sus calles. Sus casas, uno de sus mayores encantos, están construidas en piedra rojiza y adobe, con cubiertas de teja árabe. Se distribuyen de forma escalonada en la ladera del cerro, mimetizándose con el entorno arcilloso del cañón. Muchas conservan fachadas encaladas, balcones de madera y detalles rústicos que mantienen viva su arquitectura tradicional.
Ahora descansamos en un banco de madera situado junto a la iglesia de Hinojosa de la Sierra, que conserva elementos románicos y retablos barrocos. Desde allí, se disfruta de una vista privilegiada: frente a nosotros, casas de piedra con tejados de teja árabe y escudos nobles en sus fachadas. A un lado, el Palacio de los Hurtado de Mendoza, del siglo XVI, con su galería porticada y torreón. Y si alzamos la vista, las ruinas del castillo medieval nos invitan a imaginar la época señorial de la localidad.
Nos trasladamos al Mirador de San Felices, donde un banco de madera nos espera para contemplar el impresionante valle del Alhama. El paisaje, formado por barrancos, verdes laderas y un horizonte abierto, invita al silencio, a la reflexión y a dejarse llevar por la belleza natural de esta parte de la provincia.
Finalizamos en San Esteban de Gormaz. Entre sus tradicionales bodegas encontramos un banco con vistas al municipio, al río Duero y al paisaje vinícola que lo rodea. Rodeado de cuevas excavadas en la ladera y pequeñas puertas de madera, este rincón ofrece frescor en los días de calor y un descanso entre aromas de vino y tierra.
Seguro que hay muchos más bancos a lo largo y ancho de la provincia desde los que disfrutar de los parajes más impresionantes de Soria. Estos son solo cinco ideas para hacer una pausa y reconectar con el entorno. ¿Te animas a visitarlos este fin de semana?
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