La lavanda tiene múltiples propiedades, entre ellas es una de las flores que induce a la relajación por su característico aroma. Además, con ella se pueden elaborar una amplia variedad de productos artesanales. A continuación te contamos cinco de ellos.
La lavanda, además de ser conocida por su aroma calmante y sus propiedades terapéuticas, también es una planta versátil que puede transformarse en una amplia variedad de productos. Solo hay que dejar volar la imaginación para que se convierta en un cosmético, un producto para el hogar, o incluso para encontrar el bienestar gracias a su especial y relajante aroma.
Soria Noticias se ha desplazado hasta el pueblo de San Felices para visitar el mercadillo artesanal de lavanda y descubrir algunos de los productos que se pueden hacer artesanalmente con esa aromática planta.
Según nos cuenta Virginia propietario de uno de los puestos, el aceite esencial de lavanda es un de los productos más populares, que se obtiene a través de la destilación al vapor de las flores, “que realizamos desde mediados de agosto y hasta finales de septiembre”, cuenta. Para hacerlo se necesitan flores de lavanda seca, un aceite -que puede ser de almendra, olvida, jojoba o girasol-, un frasco de vidrio limpio y seco con tapa, un colador y una botella de vidrio oscuro para almacenar. Y, para su elaboración lo primero que hay que tener son las flores completamente secas, que las pondremos en el frasco de vidrio hasta llenarlo a la mitad aproximadamente. Luego será el momento de incorporar el aceite hasta que las flores queden bien sumergidas y luego las infusionan. Para este último paso podremos o dejar el frasco al sol de tres a seis semanas agitándolo cada día, o bien poner el frasco al baño maría a fuego muy bajo durante dos o tres horas sin que hierva. Una vez hayamos hecho esto, será el momento de colarlo y guardarlo en una botella de vidrio oscuro.
Sin embargo, en el caso de Virginia “nosotros hacemos una destilación profesional en una habitación de unos 30 metros cuadrados”.
Este producto según nos cuenta. “tiene propiedades relajantes, ya que reduce es estrés y la ansiedad”. También se puede aplicar para aliviar quemaduras menores o picaduras de insectos.
Otro de los productos que no podían faltar en la feria son los saquitos rellenos de flores secas de lavanda. Según nos cuenta Virginia “son perfectos para perfumar cajones, armarios o almohadas”. Además de aportar un delicioso aroma, también sirven para “repeler polillas y otros insectos y ayudan a conciliar el sueño si se coloca cerca de la cama”.
El jabón es otra elaboración que no podía faltar en este listado. Se hace con extractos de flores y con el aceite esencial. Para su elaboración se necesita jabón de glicerina blanco, aceite esencial de lavanda, aceite vegetal y un molde para jabón. Además, hacerlo es muy sencillo. Primero se trocea el bajón de glicerina en cubos pequeños para que se derrita más rápido al baño maría, aunque también se puede hacer en el microondas por intervalos de 30 segundos. Una vez se tenga, se añadirá el aceite esencial, el aceite vegetal, y si queremos decorarlo, podemos añadir flores secas de lavanda. Y, será el momento de removerlo todo con suavidad hasta integrarlo. Cuando lo tengamos lo verteremos en un molde, y un truco que nos cuenta es rociar alcohol en spray para eliminar las burbujas de la superficie. Después lo dejaremos enfriar a temperatura ambiente entre dos y cuatro horas, desmoldaremos y estará listo. “Este es muy bueno para todo tipo de pieles. Y luego también elaboramos champú que es perfecto para pieles atópicas, así como para evitar la caída del cabello”, asegura.
Las velas caseras con aceite esencial también son uno de los productos perfectos para llenar de un agradable aroma el hogar. El proceso será muy parecido al del jabón, solo que en vez de derretir jabón de glicerina, habrá que derretir cera. (En este link te enseñamos cómo hacerlas).
Estas son perfectas para relajarse, darse baños relajantes, meditar o simplemente como elemento decorativo.
No podíamos irnos del mercadillo sin hablar de un producto como la miel de lavanda, una forma de darle un toque diferentes a la gastronomía.
Para su elaboración, Víctor nos cuenta que las “abejas cogen el néctar de la lavanda, que en este caso es difícil de extraer por parte de las abejas porque los nectáreos cuando hace mucho calor solo pueden pecorear por la mañana y por la noche, cuando el clima es más suave. Lo que hacen las abejas es recolectarlo en las colmenas y nosotros luego extraemos esas mieles y las envasamos”, asegura.