El punto culmen de la ruta es un mirador a más de 1.400 metros de altitud, con unas vistas impresionantes, desde donde apreciamos los bellos pueblos del valle del Razón.
La expedición de este mes de julio nos lleva hasta Santervás de la Sierra. Partiendo de Soria capital, empleamos la N-234, dirección Burgos. Tras unos primeros kilómetros por ella, tomamos el desvío de la SO-800 hacia El Royo. Pero antes de llegar a Hinojosa de la Sierra se coge la SO-P-6019 y, enseguida, el cruce hacia Santervás (SO-P-6210). Son 20 minutos en coche.
Una vez nos bajamos del vehículo, recorremos el pueblo, conociendo alguno de sus lugares más emblemáticos como el lavadero, la fuente o la iglesia de Santa Ana. Precisamente, esta tiene una historia muy curiosa. Según nos cuentan algunos lugareños, la parroquia sufrió grandes destrozos en mayo de 1644 cuando un torbellino asoló la localidad, arrasando 10 casas y el templo. Tras lo sucedido, el ímpetu de los vecinos fue esencial para volver a levantarlo.
Justo al lado de la iglesia, presenciamos una zona de juegos para los más pequeños con una pista de fútbol. En general, las casas y las calles empedradas están muy bien cuidadas. Atravesando varias de ellas, nos plantaremos delante de una pista forestal que lleva a Sotillo del Rincón y a El Royo.
A lo largo de 6 kilómetros, caminaremos por un paisaje boscoso, principalmente de pinos y de robles. El firme está en muy buen estado. No obstante, según vamos avanzando el trazado se va complicado, siendo muy difícil acceder con coche al tramo del punto álgido de la ruta: el mirador Cruz del Cominar. A lo largo de esta subida, podamos observar a lo lejos el Pico Frentes, Ocenilla o Toledillo.
Tras atravesar el bosque, salimos a una explanada situada a 1.475 metros de altura. En ella, podemos disfrutar de unas vistas maravillosas, sentados en un banco. Desde ahí vemos de derecha a izquierda: Aldehuela del Rincón, Villar del Ala, Sotillo del Rincón, Molinos de Razón y Valdeavellano de Tera.
Al lado de ese banco, también apreciamos la Cruz del Cominar, tallada a piedra, coronada por una bandera de España, que se encargan de cambiar todos los años Eugenio Arancón y Pedro Arancón. Agradeciéndoles su labor, colocaron una placa en el soporte de la cruz en la que se puede leer: “¡Gracias por ser tan buenas personas!”. A tan solo unos metros de ella, encontramos a la derecha una escultura de acero. Esta homenajea a un cazador de Villar del Ala, fallecido, representándole cazando un jabalí, acompañado de sus fieles perros. “Nunca te olvidaremos”, reza la placa que se sitúa en ella. Respirando por última vez el aire puro de este mirador, cogemos fuerzas para encarar el tramo final de la ruta.
Cogiendo una senda a nuestra derecha, emprenderemos los últimos ocho kilómetros de nuestra expedición, adentrándonos en una senda en la que proliferan los pinos y robles. Caminando por ella, en la que los palos de andar son fundamentales, apreciamos el Valle del río Razón. Conocido como ‘La pequeña Suiza soriana’, se caracteriza por contar con un paisaje montañoso en el que predominan las hayas, los robles, los sauces y los fresnos. Sus excelentes pastos eran el lugar en el que pacían las vacas de las que se extraía su leche para fabricar la famosa mantequilla soriana. Antiguamente, era la serrana negra la que poblaba estos lares. Sin embargo, con el paso del tiempo otras razas foráneas como la frisona o la pardo suiza fueron ocupando su lugar.
Volviendo a nuestro trayecto, continuamos bajando por una pista forestal desde la que también observamos la sierra de Cebollera, punto en el que nace el río Razón. Este sendero, que pertenece a Villar del Ala, nos acabará llevando al final de la expedición, Santervás de la Sierra, no sin antes presenciar unas formaciones rocosas de enorme tamaño. De esta manera, pondremos fin a un trayecto circular de 15 kilómetros.
Si todavía os quedan fuerzas, la localidad, perteneciente a Garray, esconde un parchís gigante, cerca de la iglesia de Santa Ana, en el que los niños juegan durante el verano. Merece la pena acercarse a verlo. Así, ponemos el broche de oro a una ruta apta para toda la familia, que nos ha dejado unas vistas espectaculares, unas de las mejores de la provincia de Soria, desde las que contemplamos, desde las alturas, una de las zonas más bellas de la provincia.
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