Corría el año 1978 cuando un ciclista nacido en nuestra región celebró en París su victoria como el mejor escalador de la Grande Boucle. Hoy, su nieto viste esa misma camiseta que premia a los mejores en la montaña.
El ciclismo siempre ha sido un deporte con mucha presencia en Castilla y León. De nuestra tierra han salido grandes campeones, como Pedro Delgado, Ángel Arroyo o Julio Jiménez. Todos ellos han hecho méritos en la ronda francesa. Pero hubo uno que ganó el premio al mejor escalador. Nadie recuerda que es castellanoleonés, porque en 1963 adquirió la nacionalidad francesa. Por eso mismo, pocos relacionan a Mariano Martínez con Burgos, su ciudad natal. Casualidades de la vida o el propio destino han hecho que su nieto, Lenny Martínez, ciclista de 22 años del Bahrain-Victorious, sea el rey de la montaña en el actual Tour de Francia (empatado a 27 puntos con Tadej Pogacar, líder de la carrera).
Nacido el 20 de septiembre de 1948 en Burgos, Mariano Martínez destacó en el pelotón internacional como un gran escalador. Fue profesional entre los años 1971 y 1982, siempre en equipos franceses o belgas. Pronto empezó a destacar, especialmente en el Tour de Francia. En su segunda temporada, terminó 6º en una general (+21'31") dominada por el "Pogacar de su época", Eddy Merckx, "El Caníbal". Era el cuarto Tour que ganaba el belga, metiendo más de 10' a todos sus rivales.
Dos años más tarde, en 1974, presenció desde el top 10 la última victoria de este extraterrestre en terreno galo: Martínez fue octavo, pero muy lejos de Merckx, a 18'33". En la misma temporada consiguió un logro relevante: se colgó la medalla de bronce en el Mundial de Montreal. ¿El ganador? Otra vez Merckx, que superó a Poulidor en el sprint, mientras que el burgalés cruzó la línea de meta a 37".
Pero su gran logro tardó en llegar. Lejos de centrarse en disputar la general, Martínez ganó su primera etapa del Tour de Francia en 1978. Fue en la 11ª jornada, un recorrido entre Pau y Saint-Lary-Soulan de 161 kilómetros. En esta etapa pirenaica, el abuelo de Lenny se impuso por delante de un Bernard Hinault (+5") que estaba a punto de ganar su primer Tour de Francia. En una terrorífica jornada de 240 kilómetros, con final en el Alpe d'Huez, Martínez se vistió el maillot de lunares, que le acompañó desde la 16ª etapa hasta la meta de París. Ese año volvió, por última vez, al top 10 de la carrera, con un décimo puesto, a 22'23" de Hinault.
Martínez volvió a ganar una etapa en el Tour de Francia. Esta segunda victoria llegó en 1980, en el 17º día. Recorrieron 242 km entre Serre Chevalier y Morzine. Y pudo ganar cómodamente: metió 2'16" a Levavasseur, segundo en meta. Paradójicamente, las tres entradas del ciclista entre los diez mejores coincidieron con el ocaso de Merckx y sus dos últimos Tours de Francia, y con el nacimiento de una leyenda, como fue Bernard Hinault. Ambos se retiraron con cinco victorias en la ronda francesa. Podéis consultar los resultados de Mariano Martínez en ProCyclingStats, base de datos especializada en ciclismo.
Lenny Martínez, natural de Cannes, Francia, dio el salto a profesionales en 2023 con el equipo Groupama-FDJ. Ese mismo año, llegó a liderar La Vuelta, después de que fructiferara una buena fuga. Entonces, mucha gente se preguntó: ¿por qué este escalador francés se apellida Martínez? La respuesta es evidente.
Tras ese debut soñado en el circuito UCI World Tour, Lenny ha cambiado de aires y ha dejado su Francia natal para unirse al equipo Bahrain-Victorious (temporada 2025), donde está siguiendo los pasos de su abuelo. En la presente temporada suma tres victorias World Tour en etapas de París-Niza, Tour de Romandía y Critérium du Dauphiné. Y, ahora mismo, comparte el liderato de la clasificación de la montaña del Tour de Francia con Tadej Pogacar (ambos tienen 27 puntos). En la 10ª etapa se enfundó este maillot, especial para él, y va a tener que sudar sangre para conservarlo en París, ante el imponente empuje del esloveno, que no tiene intención de regalar nada.
Con nueve etapas por delante y mucha montaña por recorrer, Lenny Martínez busca reeditar la hazaña que consiguió su abuelo en 1978. El francés es consciente de que el camino va a ser duro, pero, dadas sus características y su calidad, no es un sueño imposible.
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