Las fiestas de la Barriada llegan a su fin este domingo, 20 de julio, con una jornada dedicada a la convivencia y a las tradiciones más arraigadas. La unión entre los vecinos ha sido la gran protagonista del día, que ha tenido como actos centrales una emotiva misa campera y la esperada comida de hermandad, consolidando el espíritu comunitario que caracteriza a esta celebración.
La mañana ha comenzado en Valonsadero con la celebración de la misa campera, un acto que ha reunido a numerosos vecinos en un ambiente de recogimiento. Posteriormente, la comida de hermandad se ha convertido en el epicentro de la jornada, un momento para compartir mesa y mantel, estrechar lazos y rememorar las anécdotas de unas fiestas que ya enfilan su conclusión.
La sobremesa dará paso a la competición más lúdica y a la estrategia. Esta tarde, la programación continúa con dos de las citas más esperadas: el tradicional torneo de guiñote y una animada competición de juegos populares. Ambas actividades prometen risas y una sana rivalidad para poner a prueba la destreza de pequeños y mayores, manteniendo vivo el espíritu festivo hasta el último momento.
Con estas actividades, la Barriada cierra unas fiestas que se han caracterizado por el buen ambiente y la alta participación. La jornada de hoy, centrada en la convivencia, sirve como perfecto colofón a varios días de celebración, dejando un excelente sabor de boca entre los vecinos y la vista puesta ya en la edición del próximo año.