Soria Noticias se ha colado en la Gallofa de Morón de Almazán para conocer cuáles son las elaboraciones que preparan sus vecinos para agasajar al resto de residentes antes de seguir con una jornada llena de actividades.
Las gallofas son una tradición de los pueblos sorianos en la que los vecinos abren las puertas de sus casas para ofrecer un delicioso picoteo acompañado de bebida. El resto del pueblo, en un recorrido por las calles de la localidad y acompañados de una charanga o dulzaineros, va desfilando de vivienda en vivienda en un ambiente festivo y matinal que da paso a otras actividades programadas por el Ayuntamiento.
No hay un plato establecido que cada persona deba elaborar, sino que todo depende de las mañas culinarias de cada uno. Así, en Morón de Almazán, los vecinos tiraron de imaginación para agasajar a los “comensales”. Soria Noticias ha hablado con tres vecinos para conocer cuáles son sus especialidades.
La señora Asunción se ha decantado por un plato tradicional: las migas. Un plato popular del que hay muchas variantes, pero que lleva principalmente pan del día anterior desmenuzado, ajo, aceite de oliva y suele ir acompañado de chorizo y panceta. Sin embargo, con mucha pena nos cuenta: "No las he sacado porque no me ha gustado cómo me han quedado”. Pero esto no la ha detenido, porque sabe cómo resolver, y finalmente ha elaborado “una pizza para todos los vecinos”. Algo que, como era de esperar, ha gustado a todos los que la han probado.
Por otro lado, y como la cocina y las ganas de alimentar bien a los demás no entienden de género ni de edades, Diego, uno de los jóvenes del pueblo, se levantó temprano por la mañana —a pesar de haber disfrutado de la verbena la noche anterior— para preparar “pizzas de barbacoa y de jamón y queso, así como embutidos que hemos estado cortando antes de venir”. Alimentos que triunfan porque son “lo que le gusta a la gente”.
Finalmente, otra vecina preparó con mucho cariño un par de "empanadas de queso, bacon, orégano y tomate”, que también triunfaron entre los presentes. Una elaboración que destaca porque, además de estar deliciosa, es contundente y perfecta para coger energías de cara a la jornada.
Pero la cosa no se quedó ahí: las mesas también se llenaron de chistorra, saladitos, paella, hamburguesas y muchos otros manjares. Cada vecino aporta un plato para que el resto lo pruebe y finalice la ronda con el estómago lleno y una sonrisa dibujada en la cara.