El animal, rescatado en Asturias en abril, ha sido trasladado al centro de aclimatación. Este es el paso final para su preparación antes de ser reintroducida en el medio natural, siguiendo un exitoso programa de recuperación que ya ha tratado a otros cinco ejemplares.
La osezna de oso pardo cantábrico bautizada como Alba ya se encuentra en León para afrontar la última fase de su recuperación antes de volver a la libertad. Según ha informado la Junta de Castilla y León, el ejemplar fue trasladado el pasado jueves al recinto de aclimatación de Valsemana, dependiente de la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio. El animal, que ya pesa entre 25 y 30 kilos, permanecerá allí para adaptarse al entorno de forma previa a su reintroducción definitiva en el medio natural.
La historia de Alba comenzó a mediados de abril en el concejo de Teverga, en Asturias. Fue allí donde agentes del medio natural del Principado, en el marco del programa de seguimiento de osas con cría, la encontraron sola. Tras constatar que era imposible un reencuentro seguro con su madre y ante el riesgo de deshidratación, la osezna, que entonces pesaba apenas 2,1 kilogramos, fue rescatada.
En un primer momento, fue atendida en una clínica veterinaria de Oviedo, donde se confirmó que no presentaba heridas ni patologías. Posteriormente, fue trasladada al Centro de Recuperación de Fauna Silvestre del Gobierno de Cantabria, en Villaescusa, donde ha permanecido hasta ahora, ganando peso y fuerza para afrontar su regreso a la naturaleza.
Para completar su aprendizaje y maximizar sus posibilidades de supervivencia, se decidió su traslado a las instalaciones de la Junta de Castilla y León en la finca de Valsemana, en el municipio leonés de La Ercina. Este recinto de presuelta está diseñado para que el animal se aclimate durante un periodo estimado de uno a dos meses.
Las instalaciones están dotadas de videovigilancia y se caracterizan por estar aisladas de toda actividad humana, ser amplias y contar con un adecuado enriquecimiento ambiental. Todo ello facilita que el animal se adapte al medio natural de forma progresiva y con el mínimo contacto humano posible, un factor clave para el éxito de su futura liberación.
Con la llegada de Alba, ya son seis los oseznos que han pasado por estas instalaciones desde su adecuación en 2019, lo que demuestra la consolidada colaboración entre Castilla y León, Asturias y Cantabria en favor de la conservación de la especie. El éxito del programa queda patente con el caso de la osa Saba, la primera en usar el recinto, cuya reproducción en la vertiente asturiana de los Picos de Europa se confirmó en 2024.
Los ejemplares que han pasado por Valsemana son: