PROVINCIA
Actualizado 01/08/2025 18:32:04
Cosme Egea Lucas

La Junta de Castilla y León afronta un año más el reto de la cobertura sanitaria estival. El portavoz del Gobierno autonómico, Carlos Fernández Carriedo, ha reconocido las enormes dificultades para encontrar personal, un problema que se agudiza con el aumento de población en zonas rurales y las vacaciones de los sanitarios.


El verano en Castilla y León ha traído consigo un desafío que se repite con la precisión de un reloj suizo: garantizar la asistencia sanitaria en un territorio que, si bien sufre de despoblación durante el año, ve cómo sus pueblos y comarcas multiplican su población con la llegada de veraneantes y el retorno de quienes emigraron. Este complejo puzle logístico y de recursos humanos ha vuelto a ser protagonista.

El portavoz de la Junta, Carlos Fernández Carriedo, ha puesto voz a una realidad que tensiona cada año la atención primaria. Lejos de ofrecer soluciones mágicas, sus palabras han dibujado un panorama de gestión de la escasez, donde el objetivo es mitigar el impacto de un problema estructural que trasciende las fronteras de la comunidad.

Un desafío recurrente: la sanidad estival en Castilla y León

En su comparecencia, Carriedo ha explicado que la planificación estival se centra en un "complicado equilibrio". Por un lado, la administración debe responder a la necesidad de reforzar la atención en municipios que experimentan una "muy alta concentración de personas por motivos estacionales". Por otro, está la obligación de respetar el derecho irrenunciable de los profesionales a su descanso anual, un factor que reduce drásticamente las plantillas disponibles.

"Nuestra idea lógicamente es atender estas circunstancias, pero también buscar el equilibrio entre la necesidad de aumentar la tensión en alguna zona y las posibilidades y derecho que tienen muchas profesionales de ejercer durante esta época del año sus sus vacaciones", ha detallado el portavoz. Esta balanza, según ha admitido, es cada vez más difícil de mantener debido a la falta de personal disponible para contrataciones temporales.

La estrategia de la Junta: "Fortalecer" con medios limitados

Ante este escenario, la estrategia del ejecutivo autonómico no pasa por una cobertura total, que se antoja imposible, sino por una optimización de los recursos existentes. El verbo clave, repetido por Carriedo en su intervención, es "fortalecer". Una acción que se enfoca en los puntos de mayor demanda para intentar paliar las carencias.

"Con los medios disponibles siempre procuramos fortalecer aquellas zonas donde hay una mayor concentración de necesidad de atención o de o de veraneantes", ha asegurado. Esto se traduce, en la práctica, en la reorganización de equipos, la concentración de servicios en ciertos consultorios y la priorización de las urgencias, un modelo de gestión que genera un intenso debate cada verano entre los usuarios de la sanidad rural, especialmente en provincias como Soria.

La Junta ha insistido en que se realiza un esfuerzo constante por adaptar la oferta sanitaria a una demanda que fluctúa enormemente en los meses de julio y agosto. Sin embargo, el punto de partida es un déficit de personal que condiciona de manera determinante cualquier planificación previa.

"No los hay": un problema de alcance nacional

Fernández Carriedo ha sido tajante al señalar que la raíz del problema no es exclusiva de Castilla y León. La falta de médicos y personal de enfermería es una crisis que afecta a todo el Sistema Nacional de Salud, convirtiéndose en el principal obstáculo para la gestión sanitaria en todas las comunidades autónomas.

"Es siempre complicado encontrar profesionales sanitarios, siempre lo es, porque no los hay, porque en el conjunto de España existe esa carencia", ha afirmado con rotundidad. Se trata de una declaración que busca contextualizar la situación y enmarcar el desafío más allá de la gestión puramente autonómica, apuntando a un problema de Estado.

Esta dificultad, presente durante todo el año, alcanza su punto más crítico en los meses estivales. "Durante el verano, donde coinciden gran parte del merecido descanso del conjunto de los profesionales y donde las carencias de profesionales se notan aún más", ha añadido. La llegada del principal mes de vacaciones multiplica la tensión sobre un sistema ya de por sí debilitado por la falta de relevo generacional y de especialistas.

El impacto en la Soria rural y el debate de fondo

Las palabras del portavoz resuenan con especial intensidad en provincias como Soria, paradigma de la despoblación que ve cómo sus pueblos reviven en verano. Localidades que apenas cuentan con unas decenas de vecinos en invierno pueden multiplicarse en agosto, ejerciendo una presión inasumible para los consultorios locales, a menudo atendidos por un único profesional que también debe cubrir otros núcleos de población.

La situación descrita por Carriedo es el día a día de la atención primaria soriana durante la época estival. El cierre temporal de consultorios, la agrupación de servicios en las cabeceras de comarca o la necesidad de que los pacientes se desplacen varios kilómetros para una consulta se han convertido en una normalidad no deseada para muchos vecinos y veraneantes.

Más allá de la gestión coyuntural del verano, las declaraciones del portavoz de la Junta ponen de manifiesto un debate estructural no resuelto: el modelo sanitario para la 'España Vaciada'. La falta de incentivos para atraer y fijar profesionales en el medio rural, el envejecimiento de las plantillas y la escasez de especialistas son los pilares de un problema que, como ha reconocido el propio Carriedo, se agudiza hasta el extremo cuando llega el calor. "Esta dificultad se multiplica especialmente cuando iniciamos el mes de agosto", ha concluido, dejando en el aire la incertidumbre de un nuevo verano para la sanidad rural.

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