La Comisión Territorial de Patrimonio Cultural da su visto bueno a una memoria valorada para evaluar el estado de importantes vestigios históricos en la villa episcopal. El proyecto, impulsado por el consistorio burgense, busca determinar el potencial de una parcela junto al edificio Argaela y cuenta con un presupuesto estimado de 60.000 euros.
El área arqueológica de Osma se prepara para una nueva fase de estudio en uno de sus enclaves más significativos. La zona conocida como ‘El Redondal’ será objeto de una intervención destinada a profundizar en el conocimiento de su rico pasado, que abarca desde la época tardoceltibérica hasta la medieval, pasando por la ocupación romana. La actuación se centrará en un solar de 379 metros cuadrados donde ya se realizaron hallazgos de interés entre los años 2003 y 2005.
El informe favorable ha sido emitido sobre la memoria valorada que el Ayuntamiento de El Burgo de Osma encargó al arquitecto David Marcos. El objetivo principal es doble: por un lado, documentar el estado de conservación actual de las estructuras ya descubiertas y, por otro, valorar el potencial arqueológico del resto de la superficie que todavía no ha sido explorada en profundidad.
Para alcanzar los objetivos marcados, el plan de trabajo contempla una serie de actuaciones técnicas y de campo muy específicas. Según se detalla en la memoria, estas intervenciones permitirán obtener una imagen completa y precisa del subsuelo de ‘El Redondal’. Las fases programadas son las siguientes:
El dictamen de la Comisión Territorial de Patrimonio Cultural establece una serie de requisitos que deberán cumplirse para garantizar la correcta ejecución de los trabajos y la preservación del patrimonio. Estas condiciones son de obligado cumplimiento para que el proyecto pueda avanzar.
El informe recuerda que, una vez redactado, el proyecto arqueológico completo deberá presentarse de nuevo ante la Comisión para recibir su autorización expresa antes de iniciar cualquier trabajo sobre el terreno. Asimismo, se subraya que todas las excavaciones que afecten a niveles arqueológicos deberán realizarse de forma estrictamente manual para no dañar los posibles restos.
Finalmente, el documento hace mención a la necesidad de presentar un proyecto detallado para la futura instalación lumínica en la zona, el cual también deberá contar con el visto bueno de este mismo órgano para asegurar su integración respetuosa con el entorno patrimonial.