La Junta de Castilla y León ha emitido un informe de impacto ambiental favorable para el proyecto de forestación 'Las Lomas Live 1 y Live 2'. La iniciativa contempla la plantación de de especies autóctonas y alóctonas, aunque quedan establecidas establece rigurosas medidas para proteger el hábitat de la alondra ricotí, un ave en peligro de extinción.
La Delegación Territorial de la Junta de Castilla y León en Soria ha emitido hoy jueves 7 de agosto el informe de impacto ambiental favorable para el proyecto de forestación denominado 'Las Lomas Live 1 y Live 2', que se desarrollará en el término municipal de Carrascosa de Abajo. La resolución, publicada hoy en el Boletín Oficial de Castilla y León, determina que la actuación no tendrá efectos significativos sobre el medio ambiente siempre que se cumplan una serie de rigurosas condiciones. El proyecto, promovido por la empresa Sierra Nevada, SA, tiene como objetivo principal la creación de una masa forestal mixta que actúe como sumidero de carbono. Según la documentación aportada, se estima que la nueva plantación podría absorber aproximadamente 222.089 toneladas de CO? en un horizonte de 35 años, contribuyendo así a los objetivos de mitigación del cambio climático. La autorización llega tras un proceso de evaluación ambiental simplificada y un periodo de consultas en el que han participado diversas administraciones y colectivos, cuyas aportaciones han sido clave para definir las condiciones finales de la actuación. Inicialmente, el proyecto abarcaba 136 hectáreas, pero la superficie se ha reducido a 119,3 hectáreas tras excluir zonas de especial valor ecológico.
La actuación contempla la plantación de una masa forestal mixta en varias parcelas del polígono 3 de Carrascosa de Abajo, actualmente catalogadas como pasto arbustivo con presencia de encinas y sabinas aisladas. Una de las claves del proyecto es la combinación de especies autóctonas y alóctonas, con una densidad inicial de 1.283 árboles por hectárea. Las especies seleccionadas son:
En respuesta a los informes recibidos durante la tramitación, la empresa promotora modificó la metodología de trabajo. Se ha optado por técnicas de silvicultura no mecanizada, lo que significa que todas las intervenciones, incluida la plantación, se efectuarán manualmente. Este cambio evita el uso de maquinaria pesada como buldóceres, minimizando así el impacto sobre la estructura del suelo y la vegetación existente.
Uno de los puntos más sensibles del proyecto es su proximidad a zonas de hábitat de la alondra ricotí (Chersophilus duponti), una especie catalogada como 'en peligro de extinción'. Para garantizar su conservación, el informe de impacto ambiental impone medidas protectoras muy estrictas. Se han excluido de la plantación un total de 7,6 hectáreas para crear zonas de amortiguamiento. Además, se establecen franjas de protección en las áreas colindantes con el hábitat del ave. En las laderas, se creará una primera franja de 15 metros donde solo se podrán plantar arbustivas y otra de 15 metros para especies autóctonas de porte bajo como encinas y sabinas. Asimismo, los trabajos en las zonas cercanas al hábitat de la alondra ricotí no podrán realizarse durante su periodo reproductor, entre los meses de abril y junio.
Durante el periodo de consultas, varias entidades presentaron sus consideraciones. La Asociación Soriana para la Defensa y Estudio de la Naturaleza (ASDEN) cuestionó los beneficios de la reforestación con especies alóctonas frente a la evolución natural del ecosistema y solicitó que el proyecto se sometiera a una evaluación de impacto ambiental ordinaria.
Por su parte, la Subdelegación del Gobierno en Soria, aunque consideró que el proyecto no tendría efectos significativos, no vio conveniente plantar especies no autóctonas en zonas con regenerado natural de encina y sabina. En este sentido, el informe final obliga a excluir de la plantación 8,2 hectáreas con mayor presencia y densidad de regenerado arbóreo natural. El Servicio Territorial de Cultura también ha exigido la protección de elementos de valor etnológico, como aterrazamientos o restos de majadas.
El informe de impacto ambiental, firmado por la delegada territorial Yolanda de Gregorio, detalla un amplio conjunto de medidas que el promotor deberá cumplir. Entre ellas destaca la obligación de respetar todos los pies arbóreos de encina y sabina de más de 50 centímetros de altura. También se exige el uso de protectores forestales de colores discretos para minimizar el impacto paisajístico. La empresa deberá presentar un programa de vigilancia ambiental para hacer un seguimiento de la evolución de la forestación y de las zonas excluidas. Según la normativa, este informe de impacto ambiental perderá su vigencia si en un plazo de cuatro años no se ha procedido a la autorización del proyecto.